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Entre la profundidad y el cielo, encontramos una nueva generación

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Por: Paco Palani Rouvroy, escritor y empresario.

En el mundo vinícola de Baja California, un personaje destaca por su atrevimiento; con osadía que va estructurada en conocimientos, ofrece resultados que rompen moldes.

Su nombre es Alonso Granados, enólogo certificado y socio fundador de Decantos Vinícola. Reconocido por los expertos de la región como una suerte de “Elon Musk de los vinos”, Alonso ha revolucionado la industria con su enfoque innovador en la producción y su incansable búsqueda de la excelencia.

Por ello, a través de este artículo exploramos la relevancia de Alonso Granados en el mundo vinícola del Estado y su impacto duradero a través de Decantos.

Asimismo, descubriremos cómo su enfoque, sus numerosas patentes y su compromiso con la calidad han dejado una marca indeleble en la industria del vino, elevando la reputación de los vinos mexicanos y posicionando a Baja California como un referente a nivel internacional.

EL COMIENZO
Tras una conversación acordada con Alonso Granados, me revela que, con más de 40 patentes a su nombre, el proceso de Decantos es el resultado de siempre buscar más.

“Desde el diseño de los tanques hasta la bodega, cada detalle ha sido minuciosamente concebido para garantizar que los procesos se desarrollen siguiendo el principio fundamental de la gravedad”, afirma.

Meticulosamente diseñadas, las instalaciones de Decantos cuentan con terrazas en los salones que sirven como puntos de observación para presenciar cada etapa de la producción, y una sala principal de degustación que alberga mini tanques con diferentes variedades de vino. Esto brinda a los visitantes una experiencia única, permitiéndoles convertirse en enólogos por un día, donde pueden decantar y crear su propia mezcla.

EL VIAJE QUE MARCARÍA EL RUMBO
Rodeada por la incomparable belleza de 40 hectáreas de viñedos en el Valle de Guadalupe, Decantos se levanta como la primera vinícola en México en haber desterrado por completo las bombas mecánicas de su proceso de elaboración de vinos.

Pero fue hace algunos años, cuando esto aún no existía, que Alonso emprendió un viaje hacia España en busca de conocimiento, manteniendo en secreto su verdadero propósito ante su padre.

Después de varios meses, Alonso finalmente reveló su oculto deseo de convertirse en enólogo. Con el tiempo, su padre comprendió que la pasión por la uva y el amor por la tierra fluían en las venas de su hijo.

El proyecto revoluciona el Valle con su audacia, al optar exclusivamente por la fuerza gravitacional en cada etapa, desde la llegada de las uvas hasta el embotellado final. Este enfoque único combina a la perfección la herencia tradicional con la vanguardia moderna, y su arquitectura se erige en distintos niveles para cumplir con esta visión ambiciosa.

Decantos, con su amplia gama de varietales que incluye Cabernet, Merlot, Graciano, Piura y Verdejo, ha sabido conjugar magistralmente la tradición y la modernidad en cada paso de su apasionante travesía enológica.

La bodega ha patentado instrumentos revolucionarios que trabajan en armonía con la ley natural de la gravedad, permitiendo que cada uva alcance su máximo esplendor y que cada gota de néctar sea un testimonio vivo de la pasión y el cuidado con los que se ha gestado.

No es sorprendente que los vinos de Decantos se hayan convertido en el objeto del deseo para los conocedores y aficionados del Valle de Guadalupe. Su calidad excepcional, su carácter distintivo y su esencia misma se han consagrado como los pilares de una experiencia sensorial que trasciende los límites de la región.

UN LABORATORIO
“En Decantos somos casi como un laboratorio. Nadie elabora tantos vinos como nosotros; desde que comenzamos nos dimos a la tarea de conocer esa tan extensa variedad de uvas que se pueden producir y plantar en nuestra región.

“Y ahí digo más de 80. Llevamos ahora alrededor de 40 y tantos vinos. Estos son los primeros diez años de investigación que nos propusimos desde que iniciamos. ¿Y qué es lo que hicimos realmente? Fue ponernos a investigar cuáles son las variedades que mejor se adaptan a los distintos microclimas que hay en la región. Y, por ejemplo, te puedo hablar de Merlot, pero ya, ya, ya probamos Merlot del Valle de San Vicente, de Ojos Negros, de Uruapan, de Santo Tomás.

“Éste es un proyecto que inicia con la idea muy firme de eliminar por completo las bombas mecánicas y la elaboración de vinos. No utilizamos ningún tipo de bomba mecánica, y más allá de trabajar 100% por gravedad, lo que hacemos es decantación de vino. Terminamos 12 metros debajo de la tierra, lo que significó que también tuvimos que diseñar varios instrumentos que no existen. Tenemos varias patentes y éstas son las que hacen posible que podamos elaborar vinos sin ningún tipo de mecánica”.

¿POR QUÉ EL VINO?
“Yo antes estudié Derecho y cuando ya estaba en mi último año de carrera, mi padre compró la propiedad donde actualmente es Decantos. Contrató un enólogo. Me pareció muy interesante, que estuve a punto de dejar la carrera y no la dejé. Y él me dice `miro que sigues con esa idea, tráeme tu título y te concedo un año sabático´, que, al final, se convirtieron en nueve años de estudio de Enología en la Universidad de La Rioja, en España; después se dieron las cosas y vine a hacer el proyecto. Esto iba a ser mi tesis de fin de maestría, pero es un proyecto muy innovador, tanto que no utiliza ningún tipo de bomba mecánica”

ASÍ LLEGA LA IDEA
Sobre sus razones de no trabajar con bombas, Alonso es muy claro. “No me gustan las bombas, hacen mucho ruido, contaminan, oxidan. El vino guarda mucha suciedad. Además, es una forma de eliminar al 99 % del capital humano. Reducir al mínimo los costos de producción al no utilizar electricidad. Esta vinícola está pensada para que una sola persona la pueda operar y elaboramos 25,000 cajas de vinos”.

DECANTOS AL PASO DE UNA DÉCADA
“Actualmente estamos en un 30% de lo que va a ser tanto la vinícola como los proyectos que tenemos para la propiedad; viene un hotel y otro restaurante. Son proyectos que estamos a punto de poner en marcha; ya tenemos años estudiándolos. Ya para nada más arrancar”.

EL DESTINO DEL VALLE DE GUADALUPE
“¿Dónde vamos a estar? No sé, con estos gobiernos que tenemos y con el auge que está teniendo el Valle de Guadalupe, es difícil decirte dónde vamos a estar. Espero que se siga conservando como lo que realmente lo hizo importante, que es la producción de uva y la elaboración de vinos, porque se puede prostituir y llegar a un punto donde dejemos ese inicio. No podríamos encontrar otro clima ideal como el de aquí”.

TENEMOS CARIÑO
En un contexto en el que la percepción de la calidad del vino mexicano está evolucionando rápidamente, proyectos como el de Alonso Granados y su equipo están marcando un antes y un después.

A través de su visión y dedicación inquebrantable, como resultado ha posicionado a Decantos en un lugar privilegiado, tras el surgimiento de ideas completamente innovadoras que se abrazan a un mercado joven y entusiasta que busca su propia cultura vinícola, dando lugar a una nueva generación de elaboración y producción de vino en México, con una visión global que aborda las necesidades cambiantes de esta industria.

“Yo quisiera plantar más viñedos, tenemos 35 hectáreas, me encantaría plantar 30 más. Tenemos la tierra y tenemos el agua. Tenemos cariño, que es lo principal”, menciona Alonso, quien, estoy seguro, con ese ímpetu que lo caracteriza, forma parte de una nueva generación que emerge exitosamente entre la profundidad y el cielo del Valle de Guadalupe.

 

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