González Cruz, desde el momento en que es postulado como candidato por un partido distinto al PRI quedó en automático fuera de ese instituto y Morena.
Al rojo vivo se están poniendo las cosas al interior de MO-RENA en Baja California, pues mientras en otros partidos políticos la caballada se mira más flaca que la pobre Vitola, las corrientes que conforman el lopezobradorismo en la entidad se disputan sin reglas ni árbitros las distintas candidaturas a la nómina gubernamental que estará en juego el primer domingo del mes de junio de 2018.
El caso más evidente es el enfrentamiento público que se ha ge-nerado entre una parte de la estructura de MORENA que apoya al aspirante Jaime Martínez Veloz, contra el también suspirante Arturo González Cruz, que desde un principio no escatimó recursos para salir a llamar la atención sobre su más caro anhelo: ser gobernador de Baja California, sin importar que sea por un ratito.
Las cosas han llegado a tal punto en que ahora se hace un des-linde del también dirigente empresarial tijuanense, negando su adhe-sión al lopezobradorismo y acusándolo de una supuesta militancia priísta, que por que aún aparece en su padrón de militantes. Está claro pues que las cosas no apuntan a nada bueno en esta disputa sin cuar-tel entre lo que serían los dos extremos del movimiento que el pasado primero de julio arrasó en Baja California.
Y es que resulta que la perra se muestra brava en contra de Gon-zález Cruz, ya que desde el momento en que éste personaje fue pos-tulado como candidato por un partido distinto al PRI quedó en auto-mático fuera de ese instituto, tal y como lo establecen los estatutos priístas, pasando a ser uno de tantos cuadros que este partido ha dejado ir bajo el lema de “menos burros más olotes”, más los que se acumulen esta semana.
Las cosas han llegado al punto en que difícilmente se podrán conciliar ambas corrientes y equipos de trabajo político, dejando de manifiesto la principal debilidad que tiene el partido MORENA no solo en Baja California sino en todo el país.
Claro que la líder nacional de este partido, Yeidckol Polevnsky Gurwitz, tiene mano dura a la hora de meter en cintura a alguno de sus correligionarios y prueba de ello lo es la sanción a que fue sometida la senadora de Baja California, Alejandra León, a quien dejó fuera de derechos políticos partidistas por andar haciendo sus papelitos denigrantes.
De no lograrse disciplinar y poner orden, en los primeros meses del próximo año se podrían dar los primeros desprendimientos políticos de MORENA, marcando así el inicio de un futuro incierto. Mientras tanto, tal y como ya lo hemos advertido, la figura de un tercer aspirante se perfila como una salida intermedia en la persona del profesor Jesús Ruiz Barraza, a quien se ubica como de centro izquierda, y con la capaci-dad de construir los acuerdos y acomodos de las distintas fuerzas que buscan los necesarios espacios de expresión y representación política. De no ser así el propio senador Jaime Bonilla tendrá que jugar este papel.
Por lo pronto las patadas, mordidas y piquetes de ojo están al orden del día en este partido emergente y sus ad-versarios trabajan para hacer más grandes sus heridas, sabiendo que dividiendo es como tendrán más posibilidades de vencer. Esto nos confirma que aún no hay nada es-crito en la actual contienda electoral de Baja California.
Comments