El proceso electoral se hace adulto y cada vez está más a la mano el 2 de junio, y con ello las elecciones estatales, por lo que, por razón natural, entre PAN y Morena crece la presión, por aquello de que “vale más pájaro en mano”.
Y aunque en Morena, por sobradas razones, el cálculo es más que optimista, no se pueden hacer a un lado las dudas y por ello hay cautela todavía, prudencia, así se vea muy parejo el camino, sin posibles sobresaltos de última hora.
El resto de partidos son decorado de la elección, piezas que difícilmente se van a mover de donde están, porque palidecen, no tienen fuerza ni candidatos para suponer un repunte espectacular en este el último tramo de las campañas políticas.
De nuevo la elección es de dos, y de esa forma, o pinta azul o el color es guinda. La brocha no da para más.
MORENA y PAN van por la gubernatura con posibilidades reales, con ventaja del primero hasta el momento.
El “tricolor”, antes el rival clásico del PAN, se desfondó, perdió más imagen y camina a la deriva, sin rumbo ni dirección, sin cabeza en el Estado, y de esa forma le espera otra afrenta, un ridículo más notable. Antes, por lo menos, metía las manos.
JAIME BONILLA se ve fuerte, robusto, con ventaja en la preferencia y apenas una hecatombe política podría derribarlo.
OSCAR VEGA MARÍN se esfuerza, mueve la bola, pero se ve que no le alcanza. Su discurso no prende y va por la senda de la derrota.
Y la gente que depende del PAN, la que está en el gobierno estatal, la que no tiene base y por lo tanto no ve buen futuro, debe traer la oración en la boca, en espera de que “algo bueno suceda”.
A muchos de ellos les han salido canas en la ubre estatal, pero ahora deben sentir como que su estancia tiene el tamaño de un suspiro.
Y desde la cabeza del Comité Directivo Estatal azul hasta en los municipales hay razones para ver el panorama con pesar, porque, derrotados, ya no será lo mismo ni habrá gente que escupa presuntuosamente y todo vea color de rosa. Con la vara que midieron y se ufanaron hace 30 años, parece que van ser medidos. Es parte de la comedia sexenal, cuando unos se ríen y otros se lamentan. De la miel a la hiel, como premio y dura penitencia por parte de la gente que es la que, finalmente, decide.
Lo que los priistas sintieron -tan acostumbrados al poder-, hace tanto tiempo, es lo mismo que experimentan, al momento, los panistas, angustia y desesperación. No hay de otra sopa: luz o penumbra, triunfo con sabor de vino de uva o derrota con sabor a jarabe barato.
Se acerca la hora de la verdad. Y debe ser terrible para la raza panista saber que se puede perder la quincena, tan amarrada por largos años. A nivel municipal ya lo han vivido, pero han regresado.
El sol que tanto alumbró al PAN se está ocultando y lo más grave sería que vaya a tardar 30 años en salir de nuevo.
Los priistas tienen tres décadas sin poder gozar del despacho del ejecutivo estatal. ¿Tendrá el PAN la misma condena? Eso va a tardar tiempo en saberse.
El periodo que falta para saber el resultado en las urnas es poco, pero habrá gente que ya se come las uñas y no son precisamente de color guinda.
En cuanto a las presidencias municipales el panorama es casi similar, por lo que Morena podría sacar la escoba de nuevo y barrer las escaleras -de arriba para abajo, como dice el que inventó el partido y lo llevó al poder federal-, por segundo año seguido.
La pelea en Mexicali por la alcaldía, pudiera ser muy es-trecha, porque no se puede minimizar a GUSTAVO SÁNCHEZ, ya que el candidato azul suda la ropa y se ensucia los zapatos a diario. Quiere ganar de nuevo y anda en la calle mañana, tarde y noche.
MARINA DEL PILAR, de MORENA, no se ve con el paso del rival y eso, al final, le puede dar un trago amargo y un quebranto muy doloroso, cuando por el partido en que milita debiera andar en las nubes y -sin desear lastimarla-, se ve “chaparra” y no exenta de un susto.
Ya veremos dentro de poco qué ocurre, cuando el agua se siente tibia en lo estatal, no hierve, toda vez que de los dos que quieren el mando, uno se ve muy superior.
Lo importante es que la gente salga a votar y se vea mucho movimiento en las casillas, para que los que van a contar los votos, tengan que usar calculadora, porque de otra forma se la van a pasar muy aburridos.
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