Las perspectivas para la economía mundial este año y en 2016 es mantener el ritmo de crecimiento moderado, sin que se haya producido el repunte esperado para el primer semestre del 2015, mientras en los países emergentes el crecimiento económico seguirá débil.
Así lo dieron a conocer ocho de los principales Institutos de Investigación Económica de Alemania, de Austria y de Suiza, al presentar este jueves su “Diagnóstico Conjunto” sobre la economía mundial y la de Alemania.
El pronóstico es que la producción mundial aumentará este año en 2.6% y en el 2016 en 2.9 por ciento. El comercio mundial en el 2015 sólo crecerá 1.2%, mientras que se estima que en el 2016 avanzará 3.4 por ciento.
Sin embargo, ese porcentaje de crecimiento es débil si se lo compara con las tasas de expansión del comercio internacional en los últimos 20 años.
La coyuntura económica en Estados Unidos permanecerá más fuerte que la de la Unión Europea. La revaluación del dólar, sin embargo, podría aminorar el ritmo de las exportaciones estadunidenses. La Unión Europea y Japón, en cambio, podrían beneficiarse de la pérdida de valor de sus monedas.
El crecimiento en los países europeos de la divisa única resulta todavía frenado por la carga de la deuda pública pero han mejorado las condiciones para el financiamiento.
La política financiera ya no constituye un freno y el ingreso real va en aumento. Debido a esos factores, la coyuntura económica europea podría continuar recuperándose.
La expansión económica en los países emergentes permanecerá débil en 2016. Brasil y Rusia podrían superar paulatinamente la recesión. Para China se estima que continuará la desaceleración de la economía.
Las perspectivas poco favorables en economías emergentes y el probable aumento paulatino de las tasas de interés en Estados Unidos pueden provocar una disminución del flujo de capital internacional en algunos países emergentes y agudizar el empeoramiento de las condiciones de financiamiento en esos países.
Los riesgos presentes actualmente en la economía mundial son los retrocesos en los mercados accionarios y el alza de los indicadores de incertidumbre por parte de los actores financieros sobre el futuro del desarrollo del mercado mundial.
Sobre todo se teme que en China se produzca una recesión todavía mas pronunciada. También hay el riesgo de que se mantenga la depreciación de los precios internacionales de las materias primas y al mismo tiempo aumenten las tasas de interés en Estados Unidos.
Eso intensificaría el retiro de capital de los países productores de materias primas. “En el peor de los casos, salidas masivas de capital podrían podrían provocar en esos países turbulencias en los mercados financieros, o incluso conducir a crisis monetarias”, según los expertos.
La economía alemana se encuentra, de acuerdo a los institutos, en una fase de crecimiento moderado. Eso se debió también al notorio aumento del número de personas con trabajo y al incremento de los ingresos reales, así como al alza del poder adquisitivo debido a la baja de los precios del petróleo.
La actividad inversionista en Alemania ha sido bien reservada en el 2015. Sin embargo, la elevación de las exportaciones alemanas aumentó con fuerza, principalmente debido a la recuperación económica en los países de la divisa única y por la devaluación del euro.
El pronóstico de crecimiento de los institutos para la economía alemana fue de 1.8% tanto en el año en curso como en el 2016.
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