Capilea, una empresa líder en implante y recuperación capilar con más de 25 años de experiencia ha establecido una sólida presencia en América Latina. En Tijuana, la marca está dirigida por el Dr. Armando Pérez Carreño Sánchez, especialista en microinjerto capilar, comprendiendo que la medicina es más que un tratamiento, y es una oportunidad para restaurar la dignidad y la alegría de vivir.
Una frase atribuida al filósofo Séneca sostiene que un médico no puede curar bien sin tener presente al enfermo. Esto se debe a que la habilidad de un doctor se revela no sólo en su capacidad para combatir un padecimiento, sino también en su competencia para cuidar de la persona afectada por tal condición.
Bajo esta premisa, humanismo, honestidad y empatía serían los términos más adecuados para describir al Dr. Armando Pérez Carreño Sánchez, un joven profesional de la salud con el que CAMPESTRE sostuvo un encuentro.
Incorporando adjetivos como integridad y diligencia a su perfil, el doctor Armando ha logrado preservar el bienestar de innumerables personas a lo largo de su trayectoria.
Estos elementos, en su conjunto, lo han forjado como un médico distinguido en el norte del país, con una reputación académica sobresaliente, ejerciendo su profesión con una vasta gama de saberes especializados en la clínica Capilea, la cual exitosamente lidera en Tijuana, atendiendo a sus pacientes en NewCity Medical Plaza.
EL COMIENZO
Dejando ver una puntualidad inglesa, el doctor Armando arribó a su encuentro con CAMPESTRE para sostener un ameno diálogo antes de su sesión de fotos para esta portada.
Con alegría, nos platica que sus jornadas comienzan desde muy temprano, nutriendo su alma y mente con la lectura de la Biblia, estableciendo un fundamento sólido para el día que tiene por delante. La familia es su prioridad, y ve su matrimonio como su «empresa principal», un compromiso que valora por encima de todos los demás.
Su fe es el pilar de su existencia. La convicción de que es un «hijo de Dios» le ha proporcionado una fuerza inquebrantable y una confianza que trasciende lo ordinario. Esta creencia fundamental ha sido la base sobre la cual ha construido su vida, su identidad y su seguridad.
Dueño de una personalidad que reconforta a quienes están con él, nos cuenta sus inicios y comprobamos cómo su historia es una de esas narrativas que merecen ser contadas, no sólo por sus logros profesionales sino ante todo por su viaje personal, mismo que comienza en la CDMX y se despliega en el vibrante y ajetreado corazón de Tijuana.
EL ORGULLO DE SER UN BAJACALIFORNIANO MÁS
Desde muy joven, el Dr. Pérez Carreño Sánchez se encontró inmerso en un ambiente de competencia y desafío, donde cada paso hacia el éxito debía ser ganado con esfuerzo y determinación.
El orgullo que siente por Baja California, su Estado adoptivo desde que tenía cuatro años, es palpable. Tijuana, según él, no es sólo un lugar en el mapa, sino un crisol donde se forjan los líderes del mañana. Y es aquí donde ya ha dejado su huella, como médico y ciudadano ejemplar.
Su admisión en la Universidad Autónoma de Baja California sería el preámbulo de una carrera sólida que lo ha llevado a Monterrey, Panamá y Buenos Aires, para actualizarse en técnicas de microinjertocapilar, siendo, actualmente, miembro asociado de la ISHRS (International Society of Hair Restoration Surgeons).
Mirando hacia el futuro, el Dr. Pérez Carreño Sánchez ve un mundo de posibilidades. Su visión de convertirse en empresario va más allá de la generación de riqueza. Es una visión de liderazgo ético, de crear un lugar de trabajo donde la integridad y la honestidad sean la norma y no la excepción.
Él entiende que el verdadero éxito no sólo se mide en términos financieros sino también en el impacto positivo que uno puede tener en la vida de otros.
Su aspiración es crear un modelo de negocio que otros puedan seguir, demostrando que es posible alcanzar el éxito sin comprometer los valores personales o la responsabilidad familiar. En su mundo ideal, los empleados no son sólo trabajadores; son individuos con sueños y aspiraciones, y él se ve a sí mismo como un mentor que los ayuda a alcanzar su máximo potencial.
EL MÉDICO QUE NO ENTIENDE DE ALMAS NO ENTENDERÁ CUERPOS
El doctor Armando es un hombre que ha transformado su lucha contra el miedo y la inseguridad en una fuente de fortaleza para otros. Su vida es un mensaje de que los obstáculos son sólo desafíos que esperan ser superados y que cada uno puede alcanzar sus metas, sin importar lo inalcanzables que parezcan.
En Capilea, la clínica que él representa, cada paciente es recibido con tecnología de punta y técnicas avanzadas, pero, ante todo, con una calidez y empatía que rompen el molde de la atención médica tradicional.
La historia de cada paciente es única y él se toma el tiempo para escucharlas todas. Esta atención personalizada los ha llevado a ser más que una clínica; siendo un espacio en el que encuentran confort aquellos que han sufrido no sólo la pérdida de su cabello sino también la de su autoestima.
Su enfoque holístico en la medicina lo ha llevado a explorar las raíces emocionales y físicas de las enfermedades, y con convicción, nos cuenta que, a través de su práctica, ha observado cómo las cicatrices emocionales pueden manifestarse en el cuerpo, y cómo la sanación puede comenzar con una conversación sincera y un oído compasivo.
SU APORTE A LA EXCELENCIA EN RECUPERACIÓN CAPILAR EN TIJUANA
Con más de 25 años de trayectoria y una firme presencia en América Latina y cerca de tres en Tijuana, Capilea se ha posicionado como líder indiscutible en implantes y recuperación de cabello.
La promesa que tienen es clara: resultados naturales y duraderos. Con millones de cabellos restaurados, el centro se enorgullece de ofrecer una solución eficaz para la alopecia, un procedimiento ambulatorio que devuelve, además de cabello, la vitalidad perdida.
LA MELENA DE LEÓN: SÍMBOLO DE FUERZA Y AUTORIDAD
El impacto emocional de la pérdida de cabello es profundo. «Veo profesionales exitosos que pierden su cabello y, con él, su fuerza y autoestima», relata.
«Pero al recuperar su ‘melena de león’, recuperan su autoridad y confianza. Es una transformación poderosa, devolviendo a los pacientes su presencia y confianza, aspectos cruciales tanto en el ámbito personal como laboral”.
LA CIENCIA AL SERVICIO
La excelencia en Capilea no se limita a la calidez humana; está respaldada por una ciencia rigurosa y una técnica impecable. El doctor Armando y su equipo se mantienen a la vanguardia de la investigación en microinjerto capilar, asegurando que cada procedimiento sea tan seguro y efectivo como sea posible, en cabello, barba y cejas.
Para él, la restauración del cabello es una metáfora de la restauración de la vida, una oportunidad para que los pacientes renueven no solo su apariencia, sino también su perspectiva de la vida.
RESULTADOS DE POR VIDA
«Un injerto de cabello es para toda la vida», asegura el especialista y en Capilea, millones de cabellos restaurados son testimonio de esta promesa cumplida, enfatiza, y agrega que, con una técnica ambulatoria, efectiva y sin dolor, la clínica se ha especializado en devolver no sólo el cabello, sino también la autoestima de sus pacientes.
“La clínica se distingue por un enfoque personalizado. Cada paciente es un mundo aparte, y así se le trata, con técnicas que están a la vanguardia del mercado. Realizamos un examen completo antes del procedimiento y utilizamos tratamientos efectivos con productos clínicamente probados. Cada caso es único y merece un estudio detallado».
EL PROCESO
El proceso de injerto capilar se completa en 6 a 8 horas, comienza con la valoración inicial donde se identifica la causa de la pérdida de cabello y continúa con la extracción y clasificación de folículos. Cada paso es ejecutado con precisión quirúrgica, y los folículos son injertados uno por uno, asegurando la densidad y el aspecto natural que caracteriza a Capilea, gracias a la técnica FUE (Extracción de Unidades Foliculares).
El procedimiento es meticuloso y tiene una tasa de supervivencia de injertos superior al 90%. «Es un arte médico», afirma el Dr. Pérez Carreño, quien combina su pasión por la pintura y la medicina para diseñar líneas de cabello que no sólo son naturales, sino que también complementan la individualidad de cada paciente.
HONESTIDAD Y DESAFÍO DE ESTIGMAS
La honestidad es uno de nuestros pilares. «Soy franco con mis pacientes sobre lo que enfrentarán desde la valoración inicial», asegura. Esta transparencia es clave para establecer expectativas realistas y alcanzar altos niveles de satisfacción.
En ese sentido, invita a los hombres, quienes constituyen el 90% de su clientela, a superar los estigmas. «Muchos llegan con excusas, pero en el fondo, sé que quieren verse mejor. Aquí entendemos que la apariencia física y la autoestima van de la mano”.
EL PROCESO DE CRECIMIENTO CON UN DISEÑO NATURAL
El proceso de crecimiento después del injerto es gradual y requiere paciencia. El cabello trasplantado se cae inicialmente, entrando en una fase de reposo. «Sin embargo, a los seis meses, ya se aprecia el 50% del resultado final, y al cabo de un año, el cabello se ha engrosado completamente», explica.
«El verdadero éxito es que la gente note que te ves bien, sin poder identificar la razón exacta», añadiendo que con un enfoque que fusiona arte y medicina, cada nueva línea de cabello es esculpida para resaltar la individualidad del paciente.
“En mí hay un artista, en cuanto al diseño, natural, y no una reproducción en serie. En la medicina habemos artistas apasionados por lo que hacemos y los resultados y ver a los pacientes felices es la mejor satisfacción”, cuenta, al mismo tiempo que rememora que desde que era un niño tomó clases de pintura, lo cual ha sido un acercamiento para la mezcla de dos mundos que en apariencia parecen tan disímbolos, pero que al unirse se confabulan en gratos resultados, el arte y la ciencia.
“Aquí no sólo restauramos el cabello, sino que reconstruimos vidas, devolviendo a las personas una parte esencial de su identidad: su cabello, su corona, su confianza». precisa antes de despedirse el Dr. Pérez Carreño Sánchez, quien invita a quienes tienen dudas a dar el primer paso. “La consulta inicial es el mayor desafío. Pero merece la pena cambiar un día de incomodidad por una vida sin calvicie”.
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