La famosa discoteca de música electrónica Berghain en Berlín, en Alemania, cumple 10 años y lo celebra con una exposición que recoge la peculiar perspectiva de este espacio de nueve artistas visuales.
Ubicada en una antigua central eléctrica, Berghain es considerada por los expertos en música electrónica como una de las mejores discotecas de techno del mundo, y parada obligada de los Djs más famosos de la escena de los últimos diez años.
La mole de acero y cemento se alza junto a la frontera que hasta hace 25 años dividió a la ciudad, el Muro, entre los barrios alternativos de Kreuzberg (este) y Friedrishain (oeste), de los que hace un juego de palabras para formar su nombre «Berg» y «Hain» o en español, «bosque de la montaña».
Ahora, con motivo de la exposición, al traspasar su rudimentaria entrada poco hace pensar que, cada fin de semana, centenares de personas aguardan ante este icono de la música electrónica una eterna cola que no les garantizará que acaben entrando.
La estricta y aleatoria política de admisión es, junto a las largas sesiones de música ininterrumpida de sábado a lunes, dos características conocidas por cualquier berlinés de nacimiento o adopción.
Los azulejos desconchados, las paredes y suelos de cemento y las gigantescas tuberías, normalmente pasan desapercibidas en este espacio a dos alturas con capacidad para mil 500 personas.
Por unos días el Dj no es el protagonista, y los murmullos y pasos de los visitantes inundan el espacio para ver obras como la de Sarah Schönfeld que recoge la esencia de la discoteca de manera literal en toallas impregnadas del sudor de los visitantes que se exhiben colgadas de la pared.
Comments