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¿Cómo se felicita a los niños por sus logros?

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Existen diferentes métodos para felicitar a los niños, según su edad y el tipo de logro alcanzado, lo que potencializa una actitud positiva en ellos.

Es habitual que los padres viertan elogios a sus hijos por casi todo lo que hagan, especialmente durante los primeros años de vida, cuando los menores están en pleno proceso de aprendizaje y logran conquistar retos de manera constante.

Sin embargo, no todos los halagos benefician a los pequeños de la misma manera, porque el proceso dependerá de las palabras que son seleccionadas y de si éstas se enfocan en los esfuerzos del niño o en sus características físicas e individuales.

Por eso, la manera en que felicites a tu hijo puede tener un efecto en su actitud y en cómo enfrenta los desafíos futuros de la vida.

• SU IMPORTANCIA •

En una plática con CAMPESTRE, el Dr. Agustín J. Negrete Cortés, Catedrático e investigador de la UABC y líder del Cuerpo Académico Psicología de las Conductas de Riesgo, señala que la felicitación o el reconocimiento de los logros del niño ayudan en su sano desarrollo y le permiten identificar hacia dónde hay que dirigir los esfuerzos, viendo cuáles podrían ser fácilmente los caminos a recorrer y qué aspectos son los que valen la pena dedicarles más tiempo y a cuáles menos.

“La mayoría de las felicitaciones tienen que ver con ese propio desarrollo desde el punto de vista del estudio de la conducta humana. Y las felicitaciones van a ir dependiendo de ese alcance o desarrollo de un niño pequeño que empieza a soltarse, a caminar”, sostiene el experto.

• ASÍ DE DEBE FELICITAR A LOS NIÑOS •

Por ejemplo, la frase “buen trabajo” se centra en las acciones del niño, mientras que “qué guapo” se centra en el niño como individuo. A pesar de que ambas frases pueden sonar bastante similares, tienen efectos muy diferentes en ellos.

Un estudio demostró que los niños están mejor preparados para los desafíos de la vida cuando son elogiados por sus acciones y esfuerzos, en vez de sus cualidades innatas.

Los niños se benefician cuando sus padres fomentan el autocontrol y se centran en elogiar sus esfuerzos y logros. Por el contrario, cuando les decimos que son las criaturas más bellas e inteligentes de todo el mundo, no se les ayuda.

En ese sentido, algunas felicitaciones se acompañan con comentarios de aspecto general, como “bien” o “excelente”. Pero hay dos tipos principales de felicitaciones: la de proceso y la de la persona.

La felicitación de proceso enfatiza el proceso actual o en la habilidad del niño. Ejemplos: “Estás intentando lo mejor”. “Wow, trabajaste mucho para acomodar esa pieza en el rompecabezas”. “Buen trabajo al decir la respuesta”.

Por el contrario, la felicitación de la persona se enfoca en el niño. Ejemplos: “Eres un niño inteligente”. “¡Qué rápido corres!”

LA FELICITACIÓN MÁS FUNCIONAL PARA INSPIRARLOS Y QUE APRENDAN MÁS •

Sin lugar a duda, es y seguirá siendo la felicitación de proceso, porque le indica a tu niño pequeño que sus esfuerzos y acciones son la fuente del éxito.

Esto le da a él una idea de que siempre es posible intentarlo con más énfasis para hacerlo mejor.

Diversos análisis han revelado que la felicitación de proceso hace a los niños pequeños más persistentes y ellos hacen mejor en las tareas de desafío, al creer que lo pueden hacerlo mejor.

En contraparte, la felicitación personal, aseguran los expertos en psicología infantil, resulta contraproducente porque le proyecta al niño la idea de que las pistas del éxito son fijas y hace a los niños intentarlo con menos énfasis al paso del tiempo.

Aquellos niños pequeños a quiénes se les dice que son geniales, en lugar de mencionar sus esfuerzos, terminan creyendo que el esfuerzo no es tan importante.

• PUEDES MEZCLAR AMBAS •

Aunque déjanos decirte algo, si tú lo deseas, puedes combinar los dos tipos de felicitaciones y tener buenos resultados. En momentos diferentes, puedes decir “¡Buen trabajo!” y “Eres bueno en eso” y “¡Muy bien hecho!”.

Los estudios han demostrado que la cantidad de felicitaciones de proceso, de entre 1 y 3 años, influye mucho en cómo los niños pequeños reciben los desafíos a partir de 7 u 8 años.

• CONSEJOS PARA LOS LECTORES •

“Lo primero es asistir con un profesional capacitado que nos pueda brindar un acompañamiento. Lo segundo, es que los papás recuerden que los hijos son niños, que van avanzando, y que nosotros en algún momento tuvimos esa misma edad. Hay que reconocer que es una edad que jamás va a volver, momentos que nunca más se va a repetir para para cualquiera de los individuos”, menciona el Dr. Negrete Cortés.

“Y la última, es que casi siempre tenemos esa visión de que dar premios no es adecuado porque los hijos se vuelven chantajistas. Sin embargo, resulta que los reconocimientos a los logros y buenos comportamientos se tienen que dar, se tienen que reconocer en todo momento, pero también deben de ir acompañados de una felicitación que le permita al niño, a la niña, a la adolescente, reconocer que él es capaz conquistar diversos retos”, finaliza.

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