Esta situación ha generado enfrentamientos entre las personas encargadas de la seguridad, empleados de las tiendas y los saqueadores. Para ello se arman con machetes, bates de béisbol, golpes directos y hasta rifles. Para contrarrestar las rapiñas y protegerse de la delincuencia que ha comenzado a proliferar, los pobladores han organizado cuadrillas de vigilancia: “Es entendible que la gente busque un kilo de frijol, azúcar o alguna lata para comer, pero el huracán está sacando lo peor. Anoche, en el Walmart de San José del Cabo había gente en coches último modelo, en los que llevaban pantallas, refrigeradores y todo lo que podían”, comentó de los vecinos del lugar.
Sopitas
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