El Salón de Tokio en 1991 fue testigo de la gran presentación del extravagante Audi Avus Quattro, uno de los prototipos más memorables gracias a su belleza y despliegue tecnológico según los expertos en la industria de ese entonces.
Construido sobre una carrocería de aluminio, contó con un motor W12 de 6 litros y 60 válvulas en posición central además d euna caja de cambios automática de 4 velocidades. Alcanzando una velocidad máxima de 340 Km/h y llegando de 0-100 Km/h en 3 segundos, toma su nombre de un viejo circuito ubicado en Berlín donde se llevaban a cabo impactantes carreras anteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Su diseño rompió las reglas de lo establecido al no pintar el vehículo y sólo pasar por un proceso de pulido. La utilización del aluminio como material para su producción redujo su peso en 150 kg. Otra de sus peculiaridades consistia en su techo fabricado de cristal calorifuego y filtrante de los rayos solares, el cual permitía disfrutar de la luz del sol sin sufrir sobrecalentamiento en el habitáculo.
Sin llegar a su producción en serie, el Avus quattro está ahora en exhibición en el museo de Audi en Ingolstadt, Alemania.
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