La religiosa Emiko Suzuki Nagamamine, integrante de una congregación de Michoacán, fue asesinada tras ser víctima de violencia sexual en el Valle de Mexicali, donde permaneció en calidad de desconocida durante casi tres semanas, según el dictamen del Servicio Médico Forense (Semefo).
El director del Semefo en Baja California, Francisco Acuña Campa, puntualizó que la mujer de origen japonés falleció el 19 de enero a causa de un traumatismo craneoencefálico, además que su cadáver mostró signos de estrangulamiento y agresión sexual.
La mañana del 19 de enero se reportó el cadáver de una mujer sumergido en el canal de riego de los ejidos Mezquital y Hermosillo, ubicado en la zona oriente del Valle de Mexicali.
Residentes de esta zona del municipio, así como llamadas telefónicas de Sinaloa y Sonora, ubicaron a la fallecida como una monja que vendía artículos religiosos en zonas rurales de esas entidades, e incluso proporcionaron un par de fotografías de ella.
Ya una vez identificada, la Embajada de Japón en México solicitó al Poder Judicial de Baja California, entidad a la que pertenece el Semefo, la entrega del cuerpo de la religiosa a un representante de su congregación. El documento, firmado por el segundo secretario del cuerpo diplomático, Takeshi Atasegawa, autorizó el trámite a Shidronio José Flores Fuentes.
Este fin de semana, después de permanecer casi tres semanas en calidad de desconocida, se procedió al traslado del cadáver de esta mujer de 56 años de edad que asumió el nombre de Teresita de Jesús desde finales de la década de los noventa del siglo pasado.
Trascendió que Emiko Suzuki participaba con su congregación en la venta de rosarios y artículos religiosos en ciudades de Sinaloa, Sonora y Baja California, donde fue ultimada, sin que la despojaran del dinero que traía consigo. M
Diario Crónica
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