Entre uno y tres casos importados de lepra se atienden anualmente en Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito, una enfermedad curable y cuyos pacientes son víctimas de estigma y discriminación a pesar de que sólo es contagiosa con el contacto estrecho y prolongado por años con el portador y en personas con predisposición genética.
Así lo informó la mañana de este viernes Remedios Lozada Romero, responsable del programa de Microbacteriosis en la Jurisdicción Sanitaria Número Dos.
Indicó que a pesar de que la entidad no es zona endémica de lepra, recibe a migrantes de Estados de la República que sí lo son como: Michoacán, Jalisco y Sinaloa.
Por eso, cualquier persona con manchas blancas en la piel debe acudir a la Secretaría de Salud a solicitar la remisión con un dermatólogo para que descarte el padecimiento que puede ocasionar deformaciones en las extremidades y limitaciones físicas en los pacientes. El tratamiento es gratuito.
Los síntomas de la lepra pueden pasar desapercibidos, advirtió, pero si el padecimiento se tuvo en algún integrante de la familia debe estrecharse la vigilancia.
Lozada Romero expuso que actualmente sólo hay una persona en tratamiento de lepra y el año pasado se registraron únicamente dos casos en la Jurisdicción Sanitaria.
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