El Gobernador de Illinois, Pat Quinn, ofreció su ayuda al Gobierno federal para alojar a menores indocumentados de origen centroamericano detenidos en la frontera y se sumó a la Alcaldía de Chicago y grupos humanitarios que trabajan para recibir a menores no acompañados en este estado.
«Estoy muy preocupado por el bienestar de esos niños, en especial por aquellos que huyen de la violencia, abusos, abandono y tráfico humano», declaró Quinn en un comunicado divulgado hoy por su oficina.
Según lo informado, el gobernador se reunió la semana pasada en Washington con la secretaria del Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS), Sylvia Mathews Burwell, a quien le comunicó que Illinois estaba listo para ayudar «en lo que fuera necesario».
El estado está preparado para ayudar al Gobierno federal a encontrar alojamiento adecuado para los niños, aunque no se especificó si será en instalaciones vacantes en estos momentos, como las prisiones de Tamms y Dwight, los centros de detención de Murphysboro y Joliet, o el centro de desarrollo de Jacksonville.
Tampoco se informó la cantidad de niños que recibirían alojamiento temporal en Illinois, un estado donde la mayoría de los inmigrantes latinos son de origen mexicano y la comunidad centroamericana es pequeña.
El DHHS informó que en lo que va del año más de 30.000 niños procedentes de Guatemala, Honduras y El Salvador fueron ubicados con familiares.
Los estados que recibieron la mayor cantidad de menores fueron Texas, Nueva York, Florida y California, con un promedio de alrededor de 4 mil cada uno. En el caso de Illinois han sido menos de 800, que la organización Heartland Alliance acogió en nueve refugios y alojó con familiares.
La ciudad de Chicago realiza en estos momentos la búsqueda de locales que se adaptarán para recibir a mil niños antes de fin de año. Lo mismo hace la arquidiócesis de Chicago por intermedio de Caridades Católicas.
La última vez que Illinois recibió grandes grupos de refugiados fue en 2005, con cientos de familias de los estados del Golfo de México que fueron víctimas de los huracanes Katrina y Rita. En estos casos fueron alojadas en instalaciones estatales de las ciudades de Tinley Park, Elgin, Alton y Rockford.
Quinn informó de que su administración mantiene contactos sobre este tema con otros funcionarios federales, estatales y locales. «Los líderes deben cooperar para proteger a los vulnerables, ahora y siempre», expresó.
La iniciativa del Gobernador demócrata, que se encuentra en campaña por su segunda reelección en noviembre, fue criticada por su rival republicano, Bruce Rauner, quien calificó la crisis de los menores de «fracaso del Gobierno federal».
En su opinión, lo que se necesita es una rápida respuesta para controlar la frontera y «asegurar el regreso seguro de esos niños a sus hogares».
Por otra parte, la Coalición de Empresarios de Illinois por la Inmigración, con integración bipartidista, urgió hoy al presidente Obama y al Congreso a «actuar juntos y rápido» para solucionar el problema de los menores.
«Como nación, debemos proteger a los niños y proporcionarles representación legal, alimentación, abrigo y cuidado de salud», dijeron en un comunicado.
«Es evidente que es necesario abordar esta crisis de una manera inteligente, humana y productiva antes de que se pueda avanzar con una reforma migratoria que los empresarios y votantes de Illinois de ambos partidos apoyan», agregaron.
Para los empresarios, la reforma que se ha estancado en la Cámara de Representantes debería incluir medidas para evitar el tráfico humano y otras que ataquen las causas de la actual crisis provocada por los menores sin acompañantes.
Hasta el momento, los gobernadores de Colorado, Maryland, Massachusetts, Vermont, Nueva Jersey y Rhode Island han manifestado su intención de ayudar o anunciaron planes para conseguir alojamiento para los menores.
En cambio, desde Nebraska, Iowa, Wisconsin, Misisipi y Carolina del Sur se ha pedido al Gobierno federal que no envíe a menores a estos estados.
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