Estrellas de Brasil 2014. El extremo de la selección argentina y el Real Madrid dejó la dura vida en el barrio de “La Pedriel” para pasear su fútbol en las mejores canchas del mundo y ser el artífice de la clasificación de Argentina a cuartos de final de la Copa del Mundo Brasil 2014.
“Definitivamente es una daga en el corazón de los argentinos este partido”, decía el narrador Alejandro Fantino de Radio La Red de Argentina mientras relataba el minuto 117 del partido de su selección frente a Suiza.
De repente vio a Messi llevar la pelota por el centro del campo en medio de una marea de camisetas rojas y su voz fue acelerándose al mismo tiempo que su corazón, el cual estalló de júbilo luego que el balón fue a los pies de un joven de flaca figura, piernas largas y orejas enormes, su nombre: Ángel Di María.
Luego transcurrieron 25 segundo en los que la garganta del locutor argentino se llenó de puro gol, y al igual que todo un país, que se rindió ante ángel de carne y hueso.
Pero ¿quién es Ángel Fabián Di María Hernández?, pues el balón nos lleva a la ciudad de Rosario un 14 de febrero de 1988, lugar y fecha en que nació este aún joven futbolista y medallista olímpico que juega como extremo derecho.
Creció junto a su familia en el barrio “La Pedriel” en la zona norte de Rosario. Su padre, Miguel, estuvo a punto de ser jugador profesional de fútbol en River Plate pero sufrió una lesión antes de poder debutar y se alejó de la actividad para luego trabajar en una carbonería por 16 años ante la mirada de un pequeño Ángel, quien le ayudaba a armar las bolsas de carbón y repartirlas hasta que debutó en primera división, donde esperaba imitar a su ídolo Cristian “Kily” González.
“Angelito era muy inquieto. Estaba siempre de acá para allá, pateando una pelota o cambiándose de lugar en el aula de la escuela. Era una bolsa de nervios. Hasta que un día el médico me dijo: “Su hijo tiene que hacer algún deporte y estará más tranquilo”. Y en lugar de llevarlo a karate, preferimos que jugara al fútbol”, relató su madre Diana Di Maria.
Como todo talento del fútbol, Di María se quedó poco tiempo en el torneo argentino, donde defendió la camiseta de Rosario Central, equipo en el que jugó en total 39 partidos, convirtiendo seis goles hasta junio de 2007 cuando fue transferido Benfica de Portugal por casi 6 millones de euros.
Pero antes Di María dejó con la miel en los labios a los hinchas de Boca Juniors, club que había ofrecido por su fichaje la cantidad de US$ 6’500,000 pero la respuesta del rosarino fue NO, algo que se repitió ante una oferta del Rubin Kazan de Rusia.
Luego de participar en la Copa del Mundo Sudáfrica 2010, llegó el momento del gran paso y este se dio el 28 de junio de 2010, cuando el Real Madrid lanzó una oferta de 25 millones de euros para convertir a Di María en uno de los galácticos de Madrid.
Y ya al poco tiempo de su estadía en la Casa Blanca, el rosarino ya recibía elogios del mismísimo Cristiano Ronaldo, quien lo consideraba como el equipista de mejor forma en el equipo merengue.
El buen “Angelito” conoce de títulos sino repasemos: Campeón del Mundial Sub-20 con Argentina (2007) y Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Pekín (2008) anotando el gol decisivo frente a Nigeria. A nivel de clubes tiene dos Copa del Rey (2011 y 2014), una Champions League (2014), un título de la Liga (2012) y una Supercopa de España (2012) con el Real Madrid.
Con Benfica también sumó otros trofeos en su carrera como son dos Copa de la Liga (2009 y 2010) y una Liga de Portugal en el 2010. Sin duda, el hijo ilustre de Rosario tiene copas de sobra.
Un detalle que no pasa desapercibido es su ya típica celebración de sus goles con sus dos manos dando la forma de un corazón, sin duda un amor que comparte entre su familia, sus padres y el fútbol.
Pero también sabe de conflictos como cuando se llevó la mano derecha a sus genitales cuando, jugando por Real Madrid ante Celta, fue sustituido por el galés Gareth Bale en medio de los silbidos de la afición madridista.
Ángel Di María y su esposa Jorgelina Cardoso conmovieron al mundo mostrando unas fotografías que expresan el amor de ambos con Mia, su pequeña hija de tan solo un año y que gracias a la fe del popular “Fideo” evidenció una sorprendente recuperación, pese a que los médicos le diagnosticaron la muerte por nacer en estado prematuro.
“No jugás el fútbol, esta ha sido una guerra Di María, estás en una guerra Di María, venis de un barrio donde había que lucharla”, decía Fantino, quien literalmente se volvía loco con este gol, que quedará en la mente de cada argentino.
Será por eso que en el brazo izquierdo lleva tatuada una frase que dice: “Nacer en La Pedriel fue y será lo mejor que me pasó en la vida”, haciendo alusión a su barrio de origen. Sin duda que todo un crack que seguirá brillando en el fútbo
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