By Por: David Figueroa Zurita / Presidente de Grupo BOLT
En Baja California apostamos por una visión que cada vez más regiones del país empiezan a adoptar, el turismo no debe terminar cuando se va el avión.
Por eso, lejos de pensar en el turista como un visitante temporal, empezamos a verlo como un posible vecino, un aliado económico, un inversionista en potencia. Porque comprendemos que el turismo puede ser también un ancla de arraigo.
Ese cambio de mentalidad nos llevó a replantear todo y, bajo esa dinámica, sabemos que no basta con atraer, hay que retener, porque no basta con ofrecer experiencias, hay que ofrecer futuro.
Y fue justo bajo esa lógica que, en CITY Inmobiliaria, decidimos apostar por algo más ambicioso, más duradero, más estratégico.
Así que una de nuestras principales misiones es el impulso al turismo residencial y de inversión, concepto que responde a una realidad tangible y urgente.
Para contextualizar, México cerró 2024 con más de 42 millones de turistas internacionales, según datos de la Secretaría de Turismo federal.
De ellos, una porción importante repite, regresa y, cada vez más, decide quedarse. No como turistas de paso, sino como nuevos residentes, nuevos empresarios, nuevos vecinos.
Y el fenómeno crece. Según el INEGI, más de 1.6 millones de extranjeros ya residen en el país, siendo Baja California uno de los principales destinos por su ubicación, clima, gastronomía y conectividad con Estados Unidos.
Justo ahí es donde decidimos innovar.
En lugar de esperar a que alguien más nos diga qué tipo de turismo debemos fomentar, estamos impulsando una visión integral, con viviendas con inteligencia artificial integrada, desarrollos sustentables, comunidades planeadas y una narrativa clara, en la que Baja California no sólo se vive bien, se vive con propósito.
Ante todas estas circunstancias, déjenme compartirles algo trascendental, el turismo de inversión y residencial no es una ocurrencia, y está respaldado por tendencias globales. Un estudio de la Organización Mundial del Turismo proyecta que, para 2030, el 30% del turismo internacional tendrá un componente de largo plazo, con turismo de salud, retiro, inversión o segunda residencia.
En Tijuana, Rosarito, Ensenada y Valle de Guadalupe ya lo estamos viendo. Lo que antes eran visitas de fin de semana, hoy son mudanzas. Lo que antes eran rentas de Airbnb, hoy son compras inmobiliarias.
Respondiendo a los más escépticos, el por qué está funcionando tiene una respuesta sencilla, y es porque entendimos que el turista de hoy no solo quiere “venir”, quiere “pertenecer”. Quiere una comunidad donde invertir, donde criar hijos, donde desarrollar proyectos personales o profesionales. Y eso no se logra con promesas, sino con hechos.
En los desarrollos que ofrecemos en CITY Inmobiliaria, por ejemplo, ya integramos asistentes inteligentes, automatización residencial y modelos de sostenibilidad urbana, sin perder el sabor local.
Es decir, estamos haciendo lo que, durante décadas, parecía imposible, al atraer inversión extranjera sin depredar el entorno. Atraer talento sin encarecer indiscriminadamente la ciudad. Cambiar el paradigma de que “en Baja California las cosas se improvisan”. No. Aquí las cosas se planean, se ejecutan y se mantienen.
Hoy, Tijuana es más que una ciudad de paso. Es un hub binacional de innovación y calidad de vida. Ensenada es más que vino y atardeceres, siendo un laboratorio de economía circular. Y Valle de Guadalupe no es sólo un destino gastronómico, es un imán de inversión global con visión territorial.
Por eso insistimos con la idea de que el turismo residencial no es sólo una tendencia, es una decisión política y empresarial.
Hoy el futuro es claro, Baja California no únicamente es un gran destino en el que se construyen viviendas… aquí construimos el futuro de México.
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