San Felipe es el paraíso escondido de Baja California donde las mareas se retiran como si invitaran a caminar sobre el mar y los cerros de arena arden al sol como dunas doradas.
San Felipe ofrece una combinación única de paisajes desérticos que se funden con las aguas cálidas del Mar de Cortés, el célebre “Acuario del Mundo”, bautizado asó por el mítico Jacques Cousteau.
Este contraste, además de dar origen a vistas impactantes, también invita a la aventura, desde caminatas por el Cerro Kila hasta exploraciones en kayak por la Bahía de San Luis Gonzaga, donde el agua es tan clara que puedes ver hasta el alma del océano.
Aquí, la gastronomía no es un añadido, y es una experiencia que comienza con la pesca del día y termina en tu plato, aún tibio del sol y la parrilla.
Esta localidad celebra su herencia culinaria con festivales dedicados al camarón y la almeja, donde la frescura no se presume, se prueba.
Para sus visitantes, restaurantes como Alfredo’s no sólo honran los sabores locales, también se atreven con platillos insignia como su pasta con auténtica salsa Alfredo, en un equilibrio perfecto entre lo tradicional y lo internacional.
Y si lo tuyo es la adrenalina, San Felipe es tu destino ideal. Aquí, los paseos sobre el agua se convierten en una postal viviente, con cielos intensos, mar cálido y risas que se pierden en el viento.
Pero si lo que buscas es algo más terrenal, sin perder lo impactante, el Valle de los Gigantes permite caminar entre cardones gigantes que parecen custodios de un tiempo antiguo, silente y sabio.
Al igual, para aquellos que prefieren recargar el alma, el sur de San Felipe guarda un secreto termal, con Puertecitos. Sus aguas naturales te reciben con la calidez de un spa ancestral.
Y si lo que buscas es el lujo en su máxima expresión, resorts como La Ventana Golf Resort o el San Felipe Beach Hotel ofrecen suites con vista al mar, acceso a playas privadas y una atmósfera que grita descanso con estilo.
San Felipe también ofrece noches bajo el cielo más limpio de la península. Acampa junto a la playa, escucha el murmullo de las olas y deja que las estrellas te cuenten historias que no caben en una ciudad.
A todos estos destinos, no podemos omitir el Dorado Ranch, un campo de 18 hoyos frente al mar, donde cada golpe se acompaña del murmullo de las olas y panorámicas que parecen sacadas de una película.
La próxima vez que quieras una escapada con estilo, autenticidad y un toque salvaje, apunta hacia el sur de Baja California.
Ahí, entre arena, sol y agua tibia, ¡te espera San Felipe!
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