En Baja California estamos listo para el ‘onshore’

Baja California es un Estado próspero, vibrante, y con una capacidad probada de talento que compite a nivel global con otras regiones industrializadas. Aquí los 4 jinetes de la globalización, industria, inversión, individuo e información han confluido de una manera sincrónica y con probado éxito.

En la actualidad, nuestra entidad sigue siendo beneficiaria del ‘offshore’. Término usado por las empresas extranjeras a toda inversión que han hecho fuera de sus límites territoriales. Tendencia exitosa en Baja California que sigue rindiendo frutos y rentabilidad al inversionista extranjero, que busca tercerizar producto terminado — mediante salto arancelario — en su mayoría al mercado estadounidense.

El término ‘nearshore’, ahora de moda y adoptado como pilar de atracción de inversión, también ha existido en el vocabulario que desarrollamos en nuestra entidad, al referirnos a todo ese reacomodo industrial ligado a una tendencia geopolítica donde las partes económicas, buscan resguardo intracontinental minimizando riesgos, tiempo, y costos al movimiento de productos y servicios.

Esa búsqueda de mayor rentabilidad que permite un crecimiento sostenido, acorde a las variables del mercado, ha sido beneficiosa para México. Ambos conceptos, ‘offshore’ y ‘nearshore’, han generado empleos para una vasta población que requiere no sólo un ingreso, sino también un código de trabajo y una formación técnica y profesional.

Ahora bien, con este camino recorrido en décadas de desarrollo industrial y mejora de procesos, es momento de dar paso con todo ese gran legado y ‘expertise’ ganado honrosamente, a nuestro propio desarrollo tecnológico. ¡Vamos por la generación de riqueza! Vamos a buscar innovar en serio.

Desarrollar productos ‘marca país’ donde ya tenemos casos de éxito. Garbanzos de a libra en su mayoría aislados de un frente común que debemos construir como parte esencial de una política industrial clara y sin falsas modestias. Iniciativas que hablen bien, no solo de nuestra capacidad operativa, sino de nuestra capacidad creativa.

Para ello, las condiciones están dadas para dar paso al ‘onshore’. El deseo de apoyarnos como mexicanos, proveernos, comprar e invertir en nuestro propio país. En Baja California tenemos ese espíritu. Ahora nos toca consolidar esas alianzas empresariales para buscar solucionar o atender una necesidad de mercado con patentes nuestras, y en conjunto abrir el diálogo con otras entidades, regiones y con otros empresarios.

Debemos fomentar como un mantra, el servir y ayudarnos. ¿Es esto posible? Claro. Otros países lo hacen. Otras culturas lo hacen. Baja California es un crisol compuesto también por ciudadanos venidos de otras entidades. Esa personalidad nos hace únicos y sensibles a la aceptación de todo reto.

Démosle paso al ‘onshore’. Seamos los mejores promotores e impulsores de nuestro propio movimiento con alcance nacional.