By Entendiendo a la frontera como sitio de crecimiento y oportunidades, el empresario y guía gastronómico abona sus virtudes como ciudadano y profesionista a favor del emprendimiento y embellecimiento de la ciudad aportando desde su trinchera como director del Culinary Art School.
Por: VICTOR DELGADO
El anhelo por otorgar una cara diferente y segmentar las bases para una educación especializada en tema de cocina y repostería en la entidad dieron a Javier González Vizcaíno la oportunidad de fungir como instructor de una generación de jóvenes empresarios, que, hasta el momento, continúan permeando en la gastronomía del estado. 21 años dedicados a la formación y pensamiento innovador dieron pié a una cadena de bondades, los cuales se han traducido en diversidad, competencia, proliferación, sentido de comunidad y pertenencia.
“Me gusta mucho capacitar, preparar a las personas y a mi equipo de trabajo en tareas más desarrolladas, avanzadas dentro de la misma empresa, como un programa de crecimiento de carrera. Desarrollar a nuestra propia gente en beneficio de todos, de ellos mismos y de la empresa. Me di cuenta que la capacitación me era muy agradable, es una buena manera de promover valores, lograr lealtad y fidelidad; vas haciendo comunidad dentro de tu propia organización y una de las premisas más importantes de cualquier empresa, el trabajo en equipo”, platica en entrevista para CAMPESTRE, Javier González.
• CARTA DE AMOR A LA FRONTERA •
Adoptado tijuanense, el maestro en administración de empresas hoteleras trazó su rumbo hacia la refinación gastronómica y sofisticación de la ciudad al poner la primera piedra en 2008 junto a Ana Laura Martínez Fardoquí, de la institución que hoy por hoy a dado nombres como el de los chefs Mariana López, Ruffo Ibarra, Janina Garay, Reyna Venegas, entre otros maestros culinarios de la región.
“Mis padres comenzaron en Tijuana al poner su pastelería, fue mi primer acercamiento con este territorio; Cuando tengo la oportunidad de irme a Chile y enriquecerme en otros países en el campo de la academia, entiendo la parte de instruir, la disciplina, los programas de trabajo, técnicas, pero visto desde el punto académico. Al decidir tocar base en Tijuana encontré el complemento perfecto a mi quehacer profesional; La parte restaurantera, de hotel y la parte de educar, fue el maridaje perfecto, la unión de dos áreas de enorme aplicación de manera conjunta, se dió natural y orgánico”, declara González Vizcaíno.
• DEL “SUEÑO AMERICANO” AL “SUEÑO BAJACALIFORNIANO” •
“Uno florece y prospera aquí mismo. Antes no había ese arraigo, sentido de identidad y pertenencia a la ciudad, hoy incluso estamos pasando por una etapa de embellecimiento especial, hay zonas que se han transformado, que las ves cambiadas, nuevas, limpias, muchas más prolijas, especiales. Se nota y es evidente”, abunda.
En la visión del director de Culinary Art School y siendo parte del cambio progresivo, desde hace cinco años se ha comenzado a desarrollar una oferta culinaria y de productos para los mismos locales, lo que se ha traducido en competencia importante y aumento de calidad en la oferta.
“Cuando regresa el turismo estadounidense y nacional encuentran una nueva infraestructura, hemos tenido apertura a la innovación, propuestas diferentes, somos un destino maravilloso con bonanza a la ciudad. Ponemos esta puesta en valor con nuestra ciudad vecina en Estados Unidos, codo a codo”, apunta.
• FILOSOFÍA EN LOS NEGOCIOS •
Como socio del espacio culinario y de alojamiento, Hotel Boutique Brecha, Javier González entiende que las alianzas son un factor destacable para la creación de nuevos espacios, a su vez, concebir un buen ambiente de trabajo en equipo.
“Te puedo decir que toda mi vida ha estado relacionada al comercio y formación del tema empresarial, aprendí de la visión de mi padre y eso me acercó a la producción, logística, distribución, administración, de alguna manera vas creciendo en un ambiente donde la compra, venta y demás ramas se van haciendo parte de tu día a día.
“Hay un ideólogo mexicano en administración, Julio Agustín Miguel Reyes Ponce, era muy empático con lo que él decía, el mundo en el proceso administrativo contempla cuatro etapas: previsión, organización, dirección y control, especialmente para México y Latinoamérica donde somos demasiadosdesesperados y queremos hacer las cosas rápidamente pues el primer proceso hay que dividirlo en previsión y planeación”, indica.
Asimismo, la razón de ser de la empresa, esencia, valores, dónde estamos, a dónde vamos y aportación son puntos que contempla González dentro de su eje de desarrollo en los negocios.
“Las estadísticas claro que son importantes, pero siempre hay que aspirar a crear, tener ideales más altos en donde pensemos qué vamos a aportar a la comunidad, sociedad, al estado, país y al mundo. Pensar que lo que hagamos va a ser trascendental, en pro del medio ambiente, mejores condiciones de vida y a favor de tener un planeta mejor. No podemos ser tan limitados, hay que crear condiciones de trabajo que estén bien retribuidas”, reflexiona.
A manera de conclusión y aportando su grano de arena, el catedrático agrega que la función de las partes en cada sector llevó a elevar el estatus de la entidad hasta transformarse en una ciudad cosmopolita, la cual no es producto de la casualidad.
“Me siento motivado por ese agradecimiento con la ciudad y con las personas que hemos hecho y hacemos que esto sea posible, me toca seguir preparando y diversificando”, finaliza Javier González Vizcaíno para CAMPESTRE.
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