By La reconocida sommelier y winemaker no sólo ha logrado posicionar al vino mexicano en un lugar destacado a nivel mundial, sino que también ha sido una fuerza presente en el desarrollo del emprendimiento.
Claudia Horta, emblemática sommelier y winemaker de Baja California, es una figura destacada en el mundo vitivinícola, conocida por su capacidad para transformar visiones audaces en realidades tangibles.
Su trayectoria es una narrativa de perseverancia, innovación y compromiso con la excelencia, características que han cimentado su reputación en el ámbito internacional.
Originaria de Ensenada, Claudia inició su carrera profesional con una sólida formación en la licenciatura de Contaduría Pública y Finanzas.
Sin embargo, su verdadera pasión la llevó más allá de los números, adentrándose en el terreno de los negocios. Su primer emprendimiento fue una cadena de tiendas deportivas que, gracias a su visión estratégica, logró expandirse a varias ciudades, como Ensenada, Tijuana, Mexicali, La Paz y Los Cabos.
Pero fue en el sector restaurantero y vinícola donde encontró su verdadero llamado. Con una mezcla única de habilidades empresariales y un profundo conocimiento en vinos, fundó Baja Terra y Baja Artesanal en Tijuana, establecimientos que reflejan su compromiso con la calidad y la innovación.
Su proyecto más ambicioso y reconocido es la vinícola Casta de Vinos en El Porvenir, Valle de Guadalupe. En él, Horta y un grupo de enófilos apasionados han logrado producir vinos que han capturado la atención del mundo, obteniendo múltiples galardones en el Concurso Mundial de Bruselas.
Apenas el pasado noviembre, la Federación de Empresarios Turísticos Nacional (FETUR) la reconoció por su excepcional labor en el ámbito del turismo y el marketing digital, anunciando que Casta de Vinos fue seleccionado para recibir un especial galardón por su destacada gestión de contenido en redes sociales y el fortalecimiento de su marca personal, precisando que su trabajo no sólo refleja un compromiso con la excelencia y la innovación, sino que también sirve de inspiración y modelo a seguir para otras empresas en el sector.
“Busco ser una persona que siempre tiene que estar a la vanguardia, consciente y preocupada por la comunidad a la cual puedes aportar siendo buen ciudadano, innovar y no quedarte atrás en nada”, destaca.
Con su historia y andar, Claudia sustenta un legado que va más allá del emprendedurismo y negocios, y se constituye como fuente de inspiración para futuros empresarios y aficionados al vino, demostrando que con determinación y amor por lo que se hace, se pueden alcanzar las cimas más altas del éxito y el reconocimiento.
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