El doctor Andrés Smith es una asombrosa caja de sorpresas, para fortuna de las comunidades de Tijuana y San Diego. Dirige dos instituciones de salud en ambos lados de la frontera con devoción y entusiasmo pero, de acuerdo a la comunidad médica bajo su cargo, lo hace también con profesionalismo, capacidad y entrega absolutas.
Es uno de esos singulares personajes públicos que nacen y se desarrollan en la entrelazada cultura binacional. El médico Andrés Smith nació en Tijuana, cursó la escuela elemental y secundaria aquí, y la preparatoria y la carrera médica en instituciones académicas de Estados Unidos.
Todo un proceso cultural que hizo de este especialista en emergencias, un hombre propenso para el liderazgo, algunas veces impulsado por las circunstancias, pero sobre todo por una voluntad de hierro que aprendió en la rigurosa carrera de medicina, como bien lo describió en una entrevista para Campestre, la Revista de Baja California.
Dos rasgos más de su personalidad son la vocación y la visión. Con esas valiosas herramientas escaló posiciones en la Cruz Roja Tijuana donde comenzó, hace ya 30 años, trepándose a las ambulancias como socorrista auxiliar, hasta llegar a vicepresidente en 2009, y a presidente del Consejo de la institución desde el 2016.
Sin duda, un proyecto riesgoso y aventurado, pero como el mismo doctor Smith lo expone: “Esto era algo inimaginable que al principio me daba miedo… pero hay que ser aventureros”.
El crecimiento e innovación de la benemérita institución es una de los méritos que más lustre dan a este líder bajacaliforniano que ha sabido conjugar y repartir sus conocimientos y humanidad en ambos lados de la frontera, porque también en el Hospital SHARP de Chula Vista es ampliamente reconocido y admirado su trabajo de liderazgo que ahí ejerce.
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