Si has pensado siempre que el Mediterráneo es uno de los destinos favoritos para pasar unas vacaciones inolvidables, de esas que permanecen para siempre grabadas en la memoria, ¿por qué no empezar ya a disfrutarlo haciendo un crucero por las islas griegas? Nos embarcamos en uno de los barcos de la compañía Costa Cruceros y te damos las pistas de siete paradas imprescindibles que combinan playa, cultura y relax y que no deberías saltarte en tu itinerario de isla en isla.
Heraklion
La isla de la leyenda del mítico minotauro conserva con orgullo su historia y para muestra una visita a las excavaciones de Knossos, al Palacio y al Museo Arqueológico, que alberga la colección más importante de yacimientos de Creta. No te puedes perder el recorrido por los pueblos de Krits y de Agios Nikolaos y, muy atractiva, también, la visita al palacio de Festo, construido sobre una colina.
Mykonos
No hay otra isla con aire más cosmopolita que Mykonos, es la más pequeña del grupo de las Cícladas, pero la más popular. Entre sus principales atractivos: playas como Paradise Beach, molinos de viento, casitas blancas, una animada vida nocturna y, sobre todo, su famoso barrio conocido como la Pequeña Venecia, repleto de viejas casas elegantes estratégicamente situadas al borde del mar. Una vez en ella y por su proximidad, hay que hacer una escapada a laisla de Delos, uno de los cuatro principales yacimientos arqueológicos de Grecia.
Santorini
La volcánica Santorini es la joya de las Cícladas y diferente a cualquier otra isla del Egeo. A la que ha servido a los fabulistas para imaginar mitos se viene hoy a buscar sus casas y hoteles encalados agarrados a las laderas de su escarpada orografía, sus vistas espectaculares sobre el mar y la vida que le otorgan sus restaurantes y discotecas. Imprescindible acercarte al pueblo de Oia, que brinda las panorámicas más impresionantes de ella.
Esmirna
En el corazón de una tranquila bahía, este puerto de larga historia y prosperidad, el segundo mayor de Turquía, te gustará por sus múltiples influencias culturales y sus animados mercados. Desde él hay que visitar el ágora de dos pisos construida por Marco Aurelio en el antiguo corazón de la moderna Izmir; el Askelepieion, en la cercana Pergamo, un lugar de culto dedicado al dios de la medicina; y el teatro más grande de la antigüedad y el colosal templo de Artemisa en Éfeso, otra excursión obligada para conocer una de las siete maravillas del mundo antiguo. A poca distancia, en Bulbul, se encuentra el lugar donde la Virgen María vivió durante 46 años.
Samos
La isla natal del matemático Pitágoras es fértil, tranquila, rica en historia y conocida, además de por sus templos antiguos, por el lujo, los vinos y la cerámica roja. Pero también tiene playas de arena finísima como las de Pythagorio, Psili Ammos o Lemonakia, suaves colinas, cataratas como la de Potami y verdes pendientes que desembocan en el mar para redondear unas perfectas vacaciones de verano.
Kos
La tierra natal de Hipócrates, donde la antigüedad se mezcla con el mar y con la diversión de una isla mágica, da para mucho. Desde unas horas de sol en la playa de Tagaki, un tour al volcán de la isla de Nisyros y al monasterio de Spiliani, una excursión en barco a Sponge Island o una jornada conociendo las tradiciones vinícolas de Kos.
RODAS
En el año 227 a.C. un terremoto hizo añicos el Coloso de Rodas, el ciclópeo protector del puerto de la mayor de las islas griegas del Dodecaneso. De lo que fuera una de las Siete Maravillas de la Antigüedad no queda ya ni rastro, pero el halo de leyenda y misterio de Rodas sigue intacto gracias a su fastuoso legado histórico, artístico y natural. No es lo único, porque además de su herencia cultural, la isla también tiene playas como las de Tsambica o Faliarki, lugares tan singulares como el valle de las Mariposas o rincones donde practicar el snorkel o el buceo.
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