Las negociaciones en torno al presupuesto de Estados Unidos tambalean al borde del colapso pues republicanos y demócratas no consiguen atenuar sus diferencias.
El jueves a la medianoche se vence el plazo para mantener funcionando el gobierno, y aprobar la ley presupuestaria de 1.1 billones de dólares.
Se espera que el Congreso apruebe una medida para extender el financiamiento por dos o tres días, pero la creciente oposición entre los demócratas y persistente oposición de republicanos aliados con el Tea Party han complicado las gestiones.
El objetivo es aprobar una ley de presupuesto antes del cierre de las sesiones el viernes, aunque los debates pudieran extenderse durante el fin de semana.
Dos puntos parecen especialmente nocivos a los demócratas cuyos votos son necesarios para aprobar la ley, y ninguno de ellos fue revelado hasta bien entradas las negociaciones esta semana. Uno debilitaría las regulaciones de instituciones financieras riesgosas y el otro permitiría a los ricos inundar los partidos políticos con más dinero.
Una cláusula dirigida a fortalecer débiles fondos de pensiones fue criticada por la Asociación Estadunidense de Jubilados y algunos gremios aliados de los demócratas por un cambio a la ley laboral que permitiría que los planes redujesen las pensiones de retirados actuales.
Al mismo tiempo, republicanos aliados del Tea Party seguían descontentos porque los líderes del partido no usaron la propuesta de ley para tratar de bloquear las órdenes ejecutivas del presidente Barack Obama sobre inmigración.
Muchos demócratas tendieron a prestar más atención a lo malo que a lo bueno desde que la propuesta fue dada a conocer el martes. Numerosos republicanos la elogiaron por reducir gastos para el Servicio de la Renta Interna y la Agencia de Protección Ambiental.
Pero los demócratas obtuvieron victorias también, y la alternativa es posponer la aprobación de la ley de presupuesto para el año próximo, cuando los republicanos van a recuperar el control del Senado y controlar más escaños en la Cámara de Representantes.
El representante demócrata Gerry Connolly dijo que sus correligionarios pudieran tener que aceptar la realidad y aprobar la medida. «¿realmente piensas que el año próximo, con los republicanos completamente en control, va a mejorar?».
La ley subyacente financia las operaciones diarias de las agencias federales en un año en el que los llamados gastos discrecionales han sido congelados al nivel presente. Es el último asunto pendiente en la agenda de un Congreso saliente que espera concluir sus sesiones esta semana.
El Estado federal está actualmente financiado sólo hasta este jueves de noche. En octubre de 2013, y por la falta de una ley de financiación, el Congreso dejó que varios organismos del gobierno quedaran paralizados por 16 días.
Los líderes partidarios del Legislativo dijeron que confiaban en que un escenario semejante no volvería a repetirse, a pesar de que la votación final sería muy pareja.
En caso de aprobación del proyecto en la Cámara de Representantes, el Senado tendrá que votarlo al final de la jornada.
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