En el primer trimestre del año, la economía mexicana mostró una tendencia positiva impulsada por la reactivación del consumo interno, como resultado de la combinación de más empleo y baja inflación, destacó el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso.
El encargado de las finanzas públicas precisó que si bien hay retos, como bajos precios del petróleo o volatilidad en los mercados internacionales, «sin duda vemos una tendencia de crecimiento positiva en el primer trimestre del año, y lo más alentador es que está basada en el consumo de los mexicanos».
Refirió que hay cifras que confirman el buen inicio de la economía mexicana, en particular para el consumo, como el crecimiento de 23 por ciento en las ventas locales de automóviles en abril y la cifra récord de más de 400 mil unidades vendidas en el primer cuatrimestre, lo cual muestra que empresas y familias toman decisiones de compra.
Además, apuntó, las ventas domésticas del consumo privado crecieron 3.6 por ciento en febrero, por arriba de lo esperado, y las ventas en tiendas en tiendas de autoservicio y departamentales van mucho mejor que en 2014, lo que quiere decir que el consumo se reactiva.
Videgaray Caso explicó que la combinación de más empleo y baja inflación en el primer trimestre del año se refleja en una mayor capacidad de compra de las familias mexicanas.
Apuntó que esta reactivación del consumo se debe, por un lado, al bajo nivel que registra la inflación, lo cual obedece en gran parte a que las reformas estructurales aprobadas ya tienen efectos que benefician directamente el bolsillo de los mexicanos.
Mencionó por ejemplo que este año bajaron las tarifas de la luz, ya no hay «gasolinazos» mensuales, el precio de la telefonía fija y móvil ha venido a la baja y ya no cuesta la larga distancia nacional, todo lo cual se refleja en un entorno de menor inflación.
Por otra parte, argumentó, crece el empleo formal, con un avance de 4.5 por ciento anual en abril de este año, además la tasa de desempleo se ubicó por debajo de 4.0 por ciento en marzo pasado, nivel no visto desde antes la crisis mundial de 2008.
Dijo que una vez que se conozcan los resultados oficiales del Producto Interno Bruto (PIB) al primer trimestre de 2015, lo cual está previsto para el 21 de mayo, la Secretaría de Hacienda decidirá si modifica o no su pronóstico de crecimiento para todo el año, actualmente en un rango de 3.2 a 4.2 por ciento, pero por ahora «no adelanto vísperas».
En esta decisión, continuó, hay que poner atención en las perspectivas de las diferentes variables, como la del crecimiento de Estados Unidos y de la industria petrolera, pero también de aspectos positivos, como el consumo interno.
Sobre la reunión del WEF Latam, celebrada del 6 al 8 de mayo en la Riviera Maya y por tercera ocasión en México, el secretario de Hacienda se mostró complacido por el reconocimiento que recibió el país por su disciplina macroeconómica y las reformas estructurales aprobadas en los últimos dos años.
Este reconocimiento, destacó, motiva a México a seguir adelante por el camino trazado, pero también confirma que puede diferenciarse de otros países latinoamericanos o economías emergentes para sortear mejor los episodios de volatilidad que se presentarán una vez que Estados Unidos normalice su política monetaria.
Aunado a la inminente alza en las tasas en Estados Unidos, que implicará una salida de capitales de los países emergentes hacia activos denominados en el dólar estadounidense, México enfrenta una caída importante en el precio del petróleo, fenómeno que no será transitorio, ni se revertirá pronto, estimó.
No obstante, subrayó que una de las fortalezas de la economía mexicana es que tiene elementos de diferenciación que le permitirán sortear mejor estos episodios de volatilidad, entre ellos un marco fiscal creíble y responsable, así como una serie de políticas prudenciales y de liquidez.
Recordó que para enfrentar el difícil año que viene para las finanzas públicas debido a este entorno internacional adverso, el gobierno federal anunció un ajuste presupuestal preventivo por 124.3 mil millones de pesos, el cual se ejecutará a lo largo del año, con prioridad en el gasto corriente.
El secretario de Hacienda comentó que en el reporte de las finanzas públicas del primer trimestre de 2015 ya empezaron a notarse los efectos de este ajuste en el capítulo de servicios personales, precisamente en el rubro de gasto corriente.
Y el funcionario federal cuestionó: «¿A quién le toca ajustarse el cinturón? Al gobierno; esto no tiene por qué afectar a las familias mexicanas, no tiene por qué traducirse en problemas de inestabilidad, que crezcan los precios, que suban las tasas de interés, y para evitar esto, es el gobierno el que se tiene que apretar el cinturón».
Con esa lógica, añadió, ya se está prepararon el presupuesto de 2016, de tener un gobierno que gaste menos, pero que gaste mejor, pues existen algunos rubros que no se han revisado en 10 o 15 años y que están en el gasto corriente, y ese es el ejercicio que se realiza en este momento.
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