Los tratamientos en el cabello son muy comunes y usualmente consiguen dar el brillo, el liso, el rizo o la textura que se busca.
Sin embargo, los resultados pueden ser justamente los opuestos si no se tienen los cuidados necesarios. Abusar de ellos o hacerlos con productos de calidad dudosa o vencidos, o bien en locales donde el personal carezca de la preparación y el conocimiento necesarios, podría poner en riesgo su salud.
Entre las terapias más populares, están los tratamientos con queratina. Esta es una proteína natural que todos tenemos en el cabello, pero que se pierde con la exposición al sol y al viento, así como por el uso constante de secadoras y planchas para cabello.
La función de los tratamientos con queratina es fijar las hebras del cabello y recubrirlas con proteína para devolver fuerza, brillo e hidratación natural al pelo.
Algunas personas lo utilizan también para hacer su cabello más liso, pues el hecho de nutrir la hebra suele alisarla.
Aunque muchas personas someten su cabello a este proceso cada tres o cuatro meses, la recomendación es hacerlo cada seis meses y que sea un profesional quien realice el procedimiento.
¿En qué fijarse?
Para el dermatólogo Pablo Calderón, los consumidores deben poner atención a los niveles de formaldehído, o formol, que contienen estos productos.
Este químico tienen la propiedad de fijar el producto y hacer más fácil su aplicación. En niveles menores a 0,2%, no hay problema, pero si el empaque indica niveles mayores a esto, podría provocar alergia en la piel, ojos y vías respiratorias.
El químico Javier Quesada explicó que esta sustancia es cancerígena en animales, pero en humanos solo ha demostrado ser causante de alergias y, en quienes tienen un contacto más directo, de infecciones respiratorias.
No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera como potencialmente cancerígeno (aún no se tienen las pruebas de que lo sea, pero hay medidas de precaución para niveles mayores al 1%).
El riesgo sería más alto para quienes aplican la terapia que para quienes la reciben, pues el humo que despide la queratina cuando se plancha el cabello, hace que el estilista tenga una exposición directa a los químicos. Además, un estilista podría aplicar más de un tratamiento al día.
Con los tintes
Los tintes son un tratamiento mucho más común y llevan más años en el mercado de la belleza. La cantidad de químicos que contienen también es menor que la que posee la queratina, y muchas personas se los aplican ellas mismas en su casa.
Para el estilista Ramón Moraga, lo ideal es buscar a un profesional, pero, no de no ser así, el usuario debe verificar que el producto no esté vencido y que sea de una marca reconocida. Además, debe seguir todas las instrucciones del envase.
Staff Campestre
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