No decimos esto sólo por el creciente desarrollo inmobiliario de Tijuana en forma vertical, lo cual se está dando a pasos agigantados, sino por el explosivo boom que está experimentando nuestra ya metrópoli. Si usted posee un guardadito y lo tiene en el «colchón», no se duerma, saque ese dinero, y más si está en pesos, e inviértalo en terrenos, en comprar su casa si la está rentando, en adquirir una franquicia, iniciar un negocio, construir, en fin, inviértalo, pero ¡hágalo en Tijuana!
Hoy por hoy, esta palpitante ciudad está en boom y lo estará por algún tiempo. Nuestra ciudad se ha convertido en una verdadera mina de oro. Es la ciudad con mejor plusvalía del país (50% 2108, Forbes) y más allá, todo centavo que invierta aquí se le multiplicará más que en cualquier otro lado.
Tijuana ya había experimentado varios auges, sin embargo, lo que se observa actualmente está llegando a niveles nunca antes vistos y parece que este boom tendrá una mayor duración.
¿Por qué Tijuana está experimentando este dinámico círculo virtuoso de crecimiento? Inversión, empleo, aumento de la capacidad económica, se vuelven un imán que atrae más inversión.
Hay varias razones que se agregan a las ventajas que Tijuana ya tiene por ser frontera: el hecho de estar ubicada en la cuenca del Pacífico y el estar en un punto geopolítico crucial. Lo anterior ha provocado migraciones, véase la de Haití, que causó que a la ciudad llegaran fondos de ayuda humanitaria de todo el mundo, así como las recientes caravanas de Centroamérica. Asimismo, la fortísima industria maquiladora que coloca a Ti-juana como una de las ciudades con mayor concentración de empresas, en tanto que se ha perfilado como centro gastronómico de fama mundial con el advenimiento de la famosa comida mediterránea, y no se diga la explosión de fabricantes de la ya famosa cerveza artesanal y la producción de vino, con su cercanía al famoso Valle de Guadalupe (la Toscana de México).
Y, mientras Donald Trump sigue con sus políticas proteccionistas y de cancelación de programas sociales, retirados americanos migran a vivir en los alrededores de Tijuana y Playas de Rosarito, además, con la astringencia económica que está sufriendo Estados Unidos, cada vez más gringos voltean para acá.
Por otro lado, el presidente Andrés Manuel López Obrador y su 4ta. Transformación acarreará una profunda crisis económica en el centro y sur del país, entre otros males, devaluación, situación que a Tijuana le beneficia, ya que el dólar al rendir más, la nómina de la industria maquiladora disminuye, los productos básicos para el extranjero bajan de precio, la oferta turística y gastronómica se abarata, entonces, vienen más extranjeros a aprovechar el rendimiento del dólar. Claro, una devaluación también nos pudiese afectar, pero Tijuana ya no está dolarizada como antes, ¿y que pasará cuando la crisis estalle en el centro y sur del país? Pues prepárense para recibir a más ciudadanos como pasó en el temblor del 85, es decir, Tijuana hoy en día es como una Arca de Noé del siglo XXI.
Pero, como todo, este progreso y alta plusvalía de la ciudad tiene su precio. Ya no estamos más en la soñolienta, tranquila y nostálgica Tijuana de los discos de Herb Alpert, allá por los 60s. Hoy y desde hace 10 años, debemos acostumbrarnos a padecer: Tráfico desquiciante, contaminación y aumento de inseguridad, disminución de la calidad de vida, sobre todo para los antiguos residentes a quienes nos provoca enojo y frustración, pues Tijuana crece a un ritmo de ¡3 hectáreas por día! En suma, nuestra ciudad está en boom, todo lo que se invierta aquí redituará con creces, pero por otro lado, tendremos que pagar los costos del crecimiento y apechugar, y resignarnos a que aquella coqueta y tranquila Tijuana ya no volverá. Mientras tanto, armarnos de paciencia y ver el lado bueno que nos ofrece nuestra querida Tijuana y la gran Baja.
FRASE DESTACADA: Tijuana ya había experimentado varios auges, sin embargo, lo que se observa actualmente está llegando a niveles nunca antes vistos.
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