Ciudad del Vaticano.— En entrevista para la televisión mexicana, sorpresivamente el Papa Francisco dijo: Tengo la sensación de que mi servicio puede ser breve, “cuatro o cinco años”, y añadió: es “una sensación un poco vaga, por ahí es como la sicología del que juega y cree que va a perder para no desilusionarse, pero si gana está contento. En realidad no sé qué es, pero tengo la sensación que el Señor me pone para una cosa breve. Sus palabras se pueden interpretar de muchas formas. El tiempo dirá a que se refería. Las mencionadas declaraciones, se las confió a la periodista Valentina Alazraki del Grupo Televisa al final de una entrevista pactada entre la Oficina de Prensa de la Santa Sede y la empresa Televisora. Aquí el contenido de esta conversación privada, con el fin de hacerla pública.
LEGIONARIOS de CRISTO.
El papa Francisco, luego de afirmar que nunca tuvo contacto con los Legionarios de Cristo, reconoció que cuando se enteró del “escandalazo” del padre Maciel le dolió, porque, “¿cómo esta persona pudo llegar a esto? Evidentemente era alguien muy enfermo, porque además de todos los abusos, creo que también había dos o tres mujeres de por medio, hijos, con una o con otra, no sé, había algo ahí, y mucha plata, una gran corrupción”.
En una entrevista que concedió a Valentina Alazraki, corresponsal de Televisa, también dijo que cuando el cardenal Joseph Ratzinger tomó conciencia de los hechos “llevó la cosa adelante, con la luz verde que le dio el papa San Juan Pablo II (…). Quiero dejar muy claro que ambos eran conscientes y dijeron ‘adelante’, uno con la investigación y el otro dando luz verde”.
Sobre el encubrimiento de Maciel, Francisco dijo presumir que debió existir: “Sería raro que no tuviera algún ‘padrinito’ por ahí, medio engañado, medio que sospechaba y no supiera”. Sobre los actos de pederastia fue enfático al señalar que lo que rige ahora es la “tolerancia cero”, en la cual no se puede dar marcha atrás, porque “destruir a una criatura es una cosa horrible”.
Agradeció “al papa Benedicto por haberlo denunciado, y a Juan Pablo II por haber dado la luz verde en el caso de los Legionarios”.
Sobre su esperada visita a México, Francisco dijo que “pensaba hacerlo, quería entrar en Estados Unidos por la frontera mexicana”, pero “si entraba desde ahí se iba a armar barullo: ¡Cómo va ahí y no va a ver a Guadalupe!”, exclamó, no sin antes prometer un viaje a México “como se lo merece y no a la apurada y de paso”.
Explicó el sentido de su próxima presencia en esa frontera, ya que los emigrantes no son sólo de México sino también de Centroamérica, porque “la emigración es fruto del hambre, de la falta de trabajo, de la tiranía de un sistema económico que descarta a la gente porque tiene como dios el dinero y no a la persona”, pero también dijo que quería ir a México por los problemas del narcotráfico, ya que “los traficantes de droga son mensajeros de muerte”, como lo demuestra la desaparición de los “43 estudiantes que no piden venganza, sino justicia, que se los recuerde”.
Sin embargo, para el Papa éste no es el primer momento difícil que vive México, ya que la “persecución religiosa” también “engendró mártires. Pienso que el diablo castiga a México con mucha bronca. Creo que lo que no perdona a México, es una interpretación mía, es el martirio, el haber defendido a su Madre”, porque “todos los mexicanos, católicos, no católicos o ateos, son guadalupanos”.
“¿Quién tiene la culpa de todo lo anterior?” Para el Pontífice argentino es superficial decir que los gobiernos, porque “todos, de alguna manera, tenemos la culpa al no hacernos cargo del sufrimiento”, dijo para después precisar que “la mayoría del pueblo mexicano es solidario, ésta es una de sus virtudes”.
Respecto a la frase “tratemos de evitar la mexicanización”, explicó que se trata de un término “técnico”, que “nada tiene que ver con la dignidad de México” y, que si bien “levantó pólvora”, lo cierto es que “90% del pueblo mexicano no se sintió ofendido, lo cual me alegra”, ya que para “mí habría sido un gran dolor que se interpretara de esa manera”.
En la entrevista Francisco también confesó que no le disgustaba ser Papa, pero que le gustaría salir e ir tranquilamente a comer una pizza; que no le gusta viajar y que tampoco le hubiera gustado vivir en los departamentos pontificios y que vive muy a gusto en la residencia de Santa Marta.
En la parte final de la charla con la señora Alazraki, Francisco sorpresivamente dijo que tenía la sensación que su Pontificado podría ser breve, “cuatro o cinco años”, que es “una sensación un poco vaga, por ahí es como la sicología del que juega y cree que va a perder para no desilusionarse, pero si gana está contento. En realidad no sé qué es, pero tengo la sensación que el Señor me pone para una cosa breve, pero, repito, es una sensación”, razón por la cual “tengo siempre la posibilidad abierta”.
Bromista
Francisco, quien cumple dos años de Pontificado, también bromeó sobre la idiosincrasia de los argentinos y hasta contó un chiste sobre el gran “ego” que se les atribuye.
En un momento de la conversación con Alazraki, cuando esta última le preguntó sobre su particular forma de contestar de forma personal a algunas de las cartas de sus fieles, empezó su explicación diciendo que lo que iba a decir podría traerle “un problema personal” en su país.
“Simplemente cuento lo que me ha pasado”, agregó para hablar luego de cuál fue la reacción en su país a su nombramiento.
“Los argentinos, cuando vieron un Papa argentino, se olvidaron de todos los que estaban a favor o en contra del Papa argentino; los argentinos, que no somos humildes y que somos muy engreídos…”, comenzó a señalar.
Fue entonces cuando, para sorpresa de la entrevistadora, el Papa le preguntó: “¿Usted sabe como se suicida un argentino?, se sube arriba de su ego y de allí se tira abajo”.
Con información de Agencia EFE.
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