Asia-Oriente

Sobreviven a erupción del monte Ontake

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Enormes rocas que caen del cielo, nubes de humo gris que provocan la oscuridad total sobre la montaña, ceniza volcánica que se acumula en el suelo y gases que llenan el aire.

 

En fracciones de segundo, algunos sobrevivientes de la erupción del monte Ontake en Japón decidieron esconderse detrás de grandes rocas o escaparon hacia las cabañas que salpican las laderas de la montaña. Al aire libre, otros senderistas cayeron golpeados por las rocas o posiblemente asfixiados por los gases, y rápidamente se vieron enterrados por ceniza. Al menos 48 personas perdieron la vida en la sorpresiva erupción del 27 de septiembre.

 

Algunos cuerpos han sido recuperados, y los esfuerzos de búsqueda de los otros cuerpos que faltan se reanudaron el miércoles.

 

Para los sobrevivientes, como la guía de montaña Sayuri Ogawa, fue una experiencia cercana a la muerte. La experiencia que han relatado ella y otros sugieren que la suerte y el instinto hicieron la diferencia entre la vida y la muerte para los excursionistas que se hallaban en peligro.

 

A pesar de su impresionante columna de humo, la erupción no fue una grande con flujo de lava. Sin embargo, resultó mortal, pues muchas personas estaban en la cumbre en un día perfecto para practicar senderismo y apreciar las hojas de otoño.

 

La erupción atrapó a los senderistas por sorpresa. Los sismólogos habían detectado señales de aumento de la actividad sísmica en el monte Ontake, uno de 110 volcanes activos de Japón, pero nada apuntaba a una erupción fatal.

 

En un momento, los excursionistas estaban disfrutando de la vista panorámica a 3.000 metros (10.000 pies) de altura sobre el nivel del mar. Algunos de ellos se quitaron los zapatos y descansaban sus pies después del ascenso matutino. Otros estaban cocinando fideos en estufas portátiles. Al momento siguiente, estaban luchando en busca de refugio y corriendo por sus vidas.

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