Sobre la inteligencia artificial

Por: Roberto Vega Solís / Presidente del Centro Empresarial Coparmex Tijuana

Recuerdo muy bien a finales del siglo pasado, hace apenas casi 25 años, cuando las computadoras personales y las de escritorio, eran robustas, lentas y caras.

Los teléfonos móviles parecían ladrillos, y su mayor funcionalidad era hacer solamente llamadas.

Con el paso de los años, el poder de cómputo se ha fortalecido. Hoy contamos con procesadores mucho más potentes, que logran tener grandes funcionalidades y permiten prácticamente trabajar desde un teléfono “inteligente”.

Además, ha nacido el nuevo concepto denominado “inteligencia artificial”, que permite emular –al momento– ciertas capacidades del sistema de pensamiento de los humanos.

Es decir, las computadoras son capaces de inferir, interpretar, observar y generar, a través de un sistema de redes neuronales artificiales, reflexiones y pensamientos similares a los de un humano.

Dichas capacidades, sin duda, representan grandes oportunidades para el desarrollo de la ciencia y también para impulsar los negocios. Hoy, un sistema de cómputo puede realizar millones de transacciones en segundos, y las aplicaciones son prácticamente infinitas. Estamos en la etapa temprana de una nueva era.

Por supuesto, esto implica también una serie de desafíos. Los trabajos repetitivos pronto serán reemplazados por robots, y los seres humanos necesitaremos estar más preparados para ofrecer capacidades que las computadoras y robots no tendrán, aunque se dice que en un futuro podrían incluso tener emociones. Probablemente, nadie se imagina el alcance real de la inteligencia artificial en 20, 50, ó 100 años.

Hace algunos meses, un grupo de empresarios de Tijuana viajamos a Silicon Valley y visitamos las empresas más importantes en desarrollo de tecnología: Google, Apple, Amazon, Salesforce, Netflix, Airbnb, entre otras.

Todas estas empresas ya están incorporando la inteligencia artificial en sus aplicaciones y procesos. Estamos en una etapa inicial.

Me pongo a reflexionar sobre lo cerca que estamos de la meca del desarrollo tecnológico, pero al mismo tiempo, nuestras empresas, en su mayoría pequeñas y medianas, muchas de ellas trabajando sin tecnología ni formalidad, tendrán que adaptarse, actualizarse y prepararse para poder competir en este nuevo entorno de tanta modernidad y big data.

El mundo de los negocios y la vida como la conocemos hoy serán muy diferentes en algunos años. Es un buen tema digno de análisis, preparación y reflexión. ¡Hasta la próxima!