La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) apeló una nueva ley de Alabama que impone requisitos adicionales a las menores que buscan abortar sin la aprobación de sus padres.
La demanda, interpuesta en un tribunal federal de Montgomery, dice que la ley de Alabama va más allá que la de cualquier otro estado para regular los abortos de las jóvenes menores de 18 años y que impone obstáculos adicionales a las niñas que no pueden buscar el consentimiento de sus padres por ser víctimas de abuso o negligencia.
«Esta ley se propone avergonzar a una joven para que no aborte», dijo el miércoles Susan Watson, directora ejecutiva de la ACLU en Alabama.
El promotor de la nueva ley, el legislador republicano Mike Jones, no estaba en su despacho y no pudo recabarse su opinión.
La ley de Alabama requiere desde hace tiempo que una joven embarazada menor de 18 años consiga la aprobación de uno de sus padres para tener un aborto. Puede omitirla si consigue que un juez apruebe el aborto demostrando que tiene la madurez suficiente como para tomar sus propias decisiones, si ha sido víctima de abuso, o si no fuera en su mejor interés involucrar a sus padres.
En abril la legislatura modificó la ley y el gobernador la firmó. Ahora el fiscal de distrito puede estar involucrado en la audiencia judicial. También permite que el juez designe un abogado para representar «los intereses del niño por nacer» y que el fiscal cite a testigos.
Según la ley, no se supone que el tribunal notifique a los padres. Pero permite que estos participen en el proceso judicial si se enteran de algún otro modo. También permite a un juez demorar el proceso para recabar evidencias o testimonios adicionales, que según la ACLU puede colocar a la muchacha a una altura del embarazo en que ya no puede interrumpirlo
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