Con el transporte de pasajeros en autobús, Roberto Alcántara inició en la década de los 90 uno de los negocios más exitosos en este sector. En el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, sin embargo, decidió participar en la operación de bancos y su propia empresa sufrió los problemas de la devaluación de 1994. No fueron años fáciles para Alcántara.
No obstante, ahora sus negocios cruzan las fronteras y los continentes. Transporte terrestre de pasajeros y transporte aéreo con una aerolínea de bajo costo: VivaAerobus. Ahora, además, Telepeaje Dinámico, una compañía de su propiedad, filial del grupo de Inversionistas en Autotransportes Mexicanos (IAMSA), ganó la concesión para operar un sistema electrónico para el cobro de cuotas en carreteras concesionadas.
Roberto Alcántara es, además, accionista y consejero del Grupo Prisa. Así, parece que se alejan los días oscuros de la crisis de créditos incobrables en Bancrecer, institución financiera que terminó vendiendo a Roberto González Barrera, fundador del Grupo Financiero Banorte y Grupo Maseca. Aquella operación se concretó en 2002 y desde entonces el también empresario con participación en el autotransporte de pasajeros –mercado que hace suspirar a Volaris, de Enrique Beltranena– se ha concentrado en un negocio que conoce muy bien.
En la actualidad, según la agencia Arena Pública, una de las alianzas globales construidas por el empresario mexiquense es con la compañía aérea Irelandia Aviation, pionera en el desarrollo de modelos de ultra bajo costo para la aviación regional en Europa.
De tal manera, la colocación accionaria que Alcántara tiene bajo el brazo llegaría con el antecedente de que las aerolíneas donde participa han tenido rendimientos para sus accionistas de al menos 25 por ciento. Además, el nombre con que cotizaría VivaAerobus, encabezada por Carlos Zuazua, sería Omniair.
Por el momento Omniair no ofrecerá capital, sino Certificados de Participación Ordinaria (CPOs), títulos que también serán lanzados en Estados Unidos a través de la regla 114. Sin embargo, aún se busca el mejor momento para salir al mercado, a menos de un año que la emisión accionaria de Volaris fue considerada un verdadero éxito.
Al igual que Pedro Aspe al concebir el concepto de Volaris, Alcántara está apostando por la migración de quienes usan autobuses, hacia el servicio de las aerolíneas. Las estimaciones de VivaAerobus son contundentes: más millones de pasajeros de autobús están en posibilidades de optar por el avión como medio de transporte. Aunque siendo conservadores, serían los millones de pasajeros que viajaron en primera clase quienes podrían concretar dicho cambio de una manera más acelerada.
A través del Grupo Toluca, Alcántara logró consolidar las operaciones del holding Grupo IAMSA donde se incluye tanto a Omnibus de México como Grupo Flecha Amarilla.
Y es por medio de IAMSA que participa en VivaAerobus, línea aérea de súper bajo costo, que lo mismo vende publicidad para pequeñas y medianas empresas, colocada indistintamente en sus aviones, que fruta fresca y snacks para sus pasajeros. Con el fin de bajar costos se vale todo, parece ser el eslogan de esta aerolínea surgida en 2006.
Alcántara hoy se presenta como un empresario de alcances internacionales. Así lo demostró su asociación con Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) –compañía española dirigida por Maximiliano Zurita– la cual pese a sus problemas con la Línea 12 del Metro, sigue involucrada en el desarrollo de transporte masivo, como el tren suburbano que conecta al Estado de México con el Distrito Federal.
Con esto, las jugadas del exdueño de Bancrecer empiezan a tomar sentido, y no sería extraño verlo incursionar en los nuevos proyectos de trenes de pasajeros contemplados para el país.
Por ahora, puedo confirmarles que la estrategia de Roberto Alcántara es mantenerse alejado de los reflectores. El empresario –a quien ahora se le señala como un consentido del sexenio– aprendió firme y claro que lo mejor cuando los negocios tienen una buena época es mantener el bajo perfil.
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