Más de 80 personas fueron detenidas durante la pasada noche en San Luis (EE.UU.), la mayoría en el suburbio de Ferguson, en los disturbios ocurridos tras la decisión de un jurado de no imputar cargos al policía blanco Darren Wilson, que en agosto mató de varios disparos al joven negro Michael Brown.
Solamente en Ferguson hubo 61 arrestos, la mayoría por robos, saqueos y allanamientos, de acuerdo con la información facilitada hoy por un portavoz de la Policía local, Brian Schellman.
Mientras, en San Luis hubo otras 21 detenciones, según el alcalde de la ciudad, Francis Slay.
En una improvisada rueda de prensa, el jefe local de Policía, Jon Belmar, dijo de madrugada que los disturbios fueron aún más graves que los ocurridos en agosto pasado tras la muerte de Brown.
No hubo heridos ni fallecidos, pero varios negocios fueron saqueados y otros incendiados, al igual que dos vehículos policiales.
La Policía local usó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes y aseguró haber contabilizado más de una decena de disparos en la zona de las protestas.
A lo largo y ancho de EEUU se repitieron las manifestaciones. Indignadas, miles de personas salieron a las calles en Nueva York y Washington, en repudio a un fallo que consideran alienta el racismo y hace caso omiso del uso discriminatorio de la fuerza que hacen policías contra miembros de las minorías.
Dos personas fueron detenidas el lunes por la noche en Nueva York por agresión contra las fuerzas de seguridad, uno de ellos por arrojar pintura al jefe de la policía, informaron el martes las autoridades.
Incidentes menores fueron registrados en Boston, Filadelfia, Denver, Seattle, Chicago y Salt Lake City. Mientras en el estado de California algunos grupos trataron de bloquear autopistas.
La indignación en Ferguson se desató tras conocerse que Darren Wilson, el policía blanco que mató a Brown, seguirá libre y sin cargos al concluir un gran jurado que no hay pruebas suficientes para imputarlo por la muerte de Brown.
Tras escuchar la versión de 60 testigos y del propio Wilson, el gran jurado decidió que no existe «causa probable» para imputar al agente, que el 9 de agosto disparó en repetidas ocasiones al joven de 18 años, quien estaba desarmado, en circunstancias por esclarecer.
Los cargos que podría haber enfrentado Wilson abarcaban desde un máximo de 4 años de cárcel por homicidio involuntario a cadena perpetua o pena de muerte por asesinato en primer grado.
Los familiares de Brown, a pesar de estar «profundamente decepcionados» por el fallo judicial, dijeron en un comunicado que «responder a la violencia con violencia no es la respuesta».
En la misma línea, en una breve declaración desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama recordó el deseo de la familia, llamó a la calma y pidió «contención» a manifestantes y agentes
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