Los tres agentes involucrados en la muerte del mexicano Antonio Zambrano Montes, desarmado en el estado de Washington, realizaron 17 disparos, incluidos varios que impactaron al ex agricultor, pero ninguno lo alcanzó por la espalda, dijo el miércoles un vocero de una fuerza especial.
Dicha fuerza especial de la policía regional investiga la muerte el 10 de febrero de Zambrano Montes, que ha generado semanas de protestas y exhortaciones a que se efectúe una investigación federal.
En conferencia de prensa, el sargento Ken Lattin de la policía de Kennewick, vocero de la fuerza especial, dijo que Zambrano Montes recibió cinco o seis disparos. Sin embargo, señaló que están pendientes los resultados de la autopsia, y no podía especificar en qué partes del cuerpo fue baleado el inmigrante de 35 años.
«No hubo disparos en la espalda», indicó Lattin.
Un video tomado por un testigo muestra a Zambrano Montes corriendo para alejarse de los agentes. A medida que éstos se acercan, se detiene y los encara. Se escuchan varias detonaciones y cae al suelo.
Lattin dijo que los oficiales usaron pistolas de aturdimiento al menos en dos ocasiones pero no pudieron detener a Zambrano Montes antes de dispararle balas.
El hombre fue baleado de muerte alrededor de las 17:00 horas en un ajetreado cruce de Pasco. Su muerte ha generado dos semanas de protestas en esta comunidad agrícola de mayoría hispana a lo largo del río Columbia en la parte sudeste del estado.
Las autoridades dicen que el inmigrante mexicano lanzaba piedras a los vehículos que pasaban por el lugar y después a los policías que acudieron para controlar eso. El forense del condado de Franklin ha ordenado una indagatoria sobre su muerte.
Autoridades federales han dicho que monitorean la investigación local. Lattin dijo que será extensa e imparcial.
«No estamos aquí para encubrir a nadie», afirmó ante la prensa.
Junto al cuerpo de Zambrano Montes se encontró una piedra, pero ninguna pistola ni cuchillo, indicó Lattin.
Alrededor de un centenar de personas se reunió el miércoles en la iglesia de St. Patrick de Pasco para el funeral por Zambrano-Monte. Su cuerpo regresará ahora a su pequeña localidad natal en una zona rural de Michoacán, en México, según informó el Tri-City Herald.
Los críticos del tiroteo siguen solicitando una investigación federal. La Unión Americana por las Libertades Civiles también ha pedido la intervención del gobierno federal.
Félix Vargas, un líder hispano en Pasco, dijo que se reunió con autoridades federales el fin de semana anterior y tiene otra reunión programada para el miércoles con el procurador federal Michael Ormsby en Spokane, Washington, para analizar el caso. La reunión será a puerta cerrada.
El FBI también se ha pronunciado y ha dicho que monitorea la investigación local.
Charles Herrmann, un abogado que representa a la viuda de Zambrano Montes y sus dos hijas adolescentes, señaló que es difícil para las autoridades locales investigar a sus colegas.
«No creo que estas autoridades puedan efectuar una investigación completamente imparcial de sus hermanos oficiales», dijo Herrmann. Dudó también que el procurador del condado de Franklin, Shawn Sant, se vea inclinado a presentar cargos contra los policías involucrados.
«Los Zambrano tendrán su día en la corte», pronosticó Herrmann.
Lattin dijo que la unidad de investigaciones especiales, conformada por oficiales de cuatro ciudades vecinas, espera el informe toxicológico final y otros reportes de laboratorio antes de enviar su evaluación final al procurador. Anticipó que eso tomará varias semanas más.
Fue el cuarto homicidio que comete la policía en Pasco, una ciudad de 68 mil habitantes donde más de la mitad son hispanos pero pocos son integrantes de la policía o de la estructura de poder.
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