Los presidentes francés y estadunidense, François Hollande y Barack Obama, pidieron hoy «una movilización mayor de la comunidad internacional» para luchar contra la epidemia de ébola, según un comunicado de la presidencia francesa.
En conversación telefónica, los dos presidentes hicieron un llamado a «una movilización mayor de la comunidad internacional y de la Unión Europea, en coordinación estrecha con Naciones Unidas, la OMS (Organización Mundial de la Salud) y los países concernidos», indicó la fuente.
Hollande confirmó que «Francia está estudiando establecer controles para los vuelos que llegan provenientes de la zona afectada por el virus», en África occidental. El ébola ha causado más de cuatro mil muertos sobre los 7,400 casos de afectados detectados en siete países, principalmente en Liberia, Sierra Leona y Guinea.
Críticas en España
Mientras, en Madrid, España, el marido de la sanitaria española infectada de ébola denunció hoy fallos en la gestión de la enfermedad y pidió la dimisión de un responsable regional de la salud pública madrileña, en una carta trasmitida a la prensa.
Teresa Romero, sanitaria del Hospital Carlos III de Madrid, donde trató a los dos misioneros repatriados de Liberia y Sierra Leona en agosto y septiembre, cumplía hoy su octavo día de hospitalización tras haberse convertido en la primera infectada fuera de África.
En el mismo hospital están aisladas quince personas que mantuvieron contacto con el último de los misioneros o con Romero desde que ésta empezó a sentirse mal el 29 de septiembre hasta que se le diagnosticó el ébola el 6 de octubre. Ninguno presenta síntomas y se encuentran en observación.
Entre ellos está su marido, que este lunes transmitió a la prensa una carta dirigida a Javier Rodríguez, jefe del departamento de Sanidad del gobierno regional madrileño.
«Le invito a que me explique cómo se pone un traje, ya que desgraciadamente mi mujer no ha hecho un máster. Teresa ha tenido media hora o poco más para aprenderlo a través de una compañera», fustigó en una misiva publicada por varios medios.
Los sindicatos sanitarios habían denunciado una formación insuficiente en los protocolos de seguridad, especialmente en cómo quitarse el traje de protección, uno de los momentos más delicados, según los expertos, al tratar a un enfermo de ébola. Según un médico, Teresa se habría rozado la cara con un guante en el momento de quitárselo.
Máximo responsable de los servicio de salud de Madrid, Rodríguez había ironizado: «Para explicarle a uno cómo se tiene que quitar o poner un traje, no hace falta un máster. Pero indudablemente uno puede tener más capacidad de aprendizaje que otros».
Rodríguez también reprochó que, tras sentirse mal, Romero, que estaba de vacaciones, hiciese vida normal, después que le dijeran que su fiebre, inferior a 38,6º, no indicaba ébola.
«El protocolo no nos dijo que no se pudiera hacer», denunció su marido, asegurando que «en otros países se pone en cuarentena a los sanitarios después de tratar a un paciente de ébola».
«Entiendo que si se hubiera hecho esto, mi mujer posiblemente no estaría debatiéndose entre la vida y la muerte». «Tenga usted pundonor y dimita», lanzó a Rodríguez.
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