El papa Francisco defendió hoy en su último acto en Cuba el concepto de familia como forma de evitar que las personas se transformen en «individuos aislados fáciles de manipular y de gobernar».
La familia nos salva de dos fenómenos actuales: la fragmentación (la división) y la masificación», advirtió el pontífice en el Encuentro con las Familias en la Catedral de Santiago (este), de donde partirá hoy hacia Estados Unidos, la segunda etapa de su décimo viaje internacional.
Sociedades divididas, rotas, separadas o altamente masificadas son consecuencia de la ruptura de los lazos familiares, cuando se pierden las relaciones que nos constituyen como personas, que nos enseñan a ser personas», dijo a los presentes.
Recordó un mensaje que ha repetido en varias ocasiones: «por favor, las familias no son un problema, son principalmente una oportunidad» a la que hay que, dijo,«cuidar, proteger, acompañar».
El pontífice lamentó la desaparición en muchas culturas de los espacios del hogar en los que se reúnen las familias, como el momento de la cena al final de una jornada de trabajo.
Sin familia, sin el calor del hogar, la vida se vuelve vacía, comienzan a faltar las redes que nos sostienen en la adversidad, nos alimentan en la cotidianeidad y motivan la lucha para la prosperidad», alertó.
El Papa recordó que esta misma semana participará en Filadelfia (Estados Unidos) en el VIII Encuentro Mundial de las Familias y que en menos de un mes se celebrará en el Vaticano el Sínodo de Obispos, que tiene como tema la familia.
Precisamente en esa cita sinodal la Iglesia católica abordará las respuestas que dará a fenómenos para los que ha consultado a las diócesis de todo el mundo como el tratamiento de los fieles divorciados o la actitud hacia las personas homosexuales.
Durante su discurso a las familias, impartió, de forma improvisada, una bendición especial a las mujeres embarazadas a las que instó a tomarse de la mano para recibirla.
Deseo que venga sanito, que crezca bien, que lo pueda criar», les dijo.
En el acto en la catedral de Santiago le dio al papa la bienvenida el arzobispo de la ciudad, Dionisio García Ibáñez, quien recordó el problema del envejecimiento que afronta que Cuba «envejece comprometiendo así su futuro» y alertó sobre el problema que representa para muchas parejas jóvenes el tener hijos, aunque los deseen.
Hay una significativa emigración, principalmente de jóvenes, separación por motivos laborales, dificultades económicas, escasez de viviendas; el resultado es una fuerte caída de la natalidad y de la estabilidad familiar», dijo el obispo santiaguero.
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