Con la llegada de la primavera, los campos de Tijuana y Playas de Rosarito se visten de color y aromas naturales, enmarcando una de las experiencias turísticas más atractivas del noroeste mexicano: la Ruta de las Flores.
Se trata de un recorrido agroturístico que invita a redescubrir el territorio desde la tierra, recorriendo ranchos floricultores, senderos naturales y espacios comunitarios que entrelazan el turismo con la vida rural.
La Ruta, activa durante todo el año, revela una cara distinta según la estación. Aunque la primavera ofrece un espectáculo visual inigualable, los meses de septiembre a noviembre son considerados los de mayor afluencia, debido a la intensidad de la floración y el calendario de actividades al aire libre. Cada estación, sin embargo, tiene su encanto particular.
Compuesta por cinco zonas principales, esta ruta reúne más de 40 puntos de interés: desde jardines temáticos y ventas de flores frescas, hasta talleres interactivos, restaurantes de campo, y espacios para senderismo y paseos a caballo. La experiencia es flexible; cada rancho puede explorarse en un par de horas, aunque muchos visitantes optan por dedicar un día completo a una sola zona para disfrutar con calma cada parada.
Entre los sitios recomendados destacan el Rancho Mictlán, la Ruta del Maíz y Mi Granjita, enclaves que combinan la belleza del paisaje con propuestas de turismo sostenible y actividades familiares. La diversidad de opciones permite conectar con la naturaleza sin salir del estado, y al mismo tiempo, dinamizar la economía local a través del consumo directo en comunidades rurales.
Aunque no hay una ruta única para recorrerla, la recomendación general es planear con anticipación y consultar los mapas y servicios disponibles, ya que algunos espacios requieren reservación previa, especialmente en temporada alta.
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