El Gobierno trata de restablecer el orden mientras comandos armados asaltan las casas; los afectados por Odile enfrentan no sólo la escasez de alimentos, también de gasolina.
De ser un destino turístico apreciado por los turistas, Los Cabos, se ha convertido en un lugar donde las personas saquean supermercados, los habitantes se protegen con armas, y hay escasez de alimentos y gasolina, luego del paso del huracán Odile, de acuerdo con información de la agencia AFP.
Odile tocó tierra el domingo en Baja California Sur, causando daños a las viviendas, hoteles y negocios de San José del Cabo y Cabo San Lucas, entre otras localidades.
Aunque el huracán ya se degradó a tormenta tropical y el Gobierno, la Cruz Roja, Pemex y otras instituciones apoyan con comida, agua y combustibles, la escasez y la violencia persisten en ese estado
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