En Houston, la nueva frontera de la automatización, Nvidia y Foxconn negocian despliegue de robots humanoides en planta de servidores de inteligencia artificial.
La revolución industrial del siglo XXI podría estar comenzando en Houston. Nvidia, el gigante de los chips de inteligencia artificial, y Foxconn, el mayor fabricante de productos electrónicos por contrato del mundo, se encuentran en negociaciones avanzadas para implementar robots humanoides en una nueva planta que ensamblará servidores de IA de alta gama en Estados Unidos.
De concretarse, esta colaboración marcaría dos hitos simultáneos: sería la primera vez que un producto de Nvidia se fabrica con asistencia de robots humanoides y también la primera línea de producción de Foxconn en integrar esta tecnología en la manufactura de servidores de IA. El despliegue, según fuentes cercanas al proyecto, está proyectado para completarse en los próximos meses, con la expectativa de que los humanoides entren en operación durante el primer trimestre de 2026.
La planta, ubicada en Houston, forma parte del plan anunciado por Nvidia en abril para establecer centros de producción de supercomputadoras de IA en Texas, en conjunto con Foxconn y Wistron. Esta instalación, diseñada desde cero, proporciona el espacio y la infraestructura necesaria para probar e implementar procesos de automatización de última generación, incluyendo robots humanoides.
Foxconn ya ha realizado pruebas preliminares con modelos de la empresa china UBTech y con prototipos propios desarrollados en colaboración con Nvidia. Aunque no se ha confirmado oficialmente el número ni el tipo de robots que se desplegarán, se sabe que las pruebas incluyen funciones básicas como el montaje de componentes, la inserción de cables y la manipulación de objetos en entornos controlados.
Según declaraciones previas de Leo Guo, director general de la unidad de robótica de Foxconn Industrial Internet, la compañía planea presentar dos tipos de humanoides durante su evento anual en noviembre: uno con piernas y otro basado en una plataforma móvil autónoma con ruedas, este último con menores costos operativos.
La apuesta de Nvidia por la automatización
Para Nvidia, la incursión en la automatización física es una extensión natural de su dominio en inteligencia artificial. Sus plataformas ya son utilizadas por múltiples desarrolladores de robots humanoides alrededor del mundo. El CEO de la compañía, Jensen Huang, aseguró en marzo que el uso masivo de robots humanoides en plantas industriales podría convertirse en una realidad en menos de cinco años.
La implementación en Houston no solo permitirá a Nvidia acelerar la producción de sus servidores GB300 —considerados clave para el procesamiento de cargas de trabajo de IA generativa—, sino que también sirve como vitrina de sus capacidades integradas: desde el diseño de chips hasta su ensamblaje con asistencia robótica.
Nvidia y Foxconn no son los únicos jugadores en esta carrera por automatizar la industria. Firmas automotrices como BMW, Mercedes-Benz y Tesla han experimentado con robots humanoides en sus líneas de producción. En paralelo, China ha apostado fuertemente por esta tecnología como una solución a sus desafíos demográficos y de eficiencia industrial.
Sin embargo, este proyecto representa una convergencia inédita: una planta con tecnología de vanguardia, en territorio estadounidense, ensamblando servidores diseñados para liderar la próxima ola de cómputo inteligente, con la ayuda de una nueva generación de trabajadores no humanos.
Aunque ni Foxconn ni Nvidia han emitido comentarios oficiales, lo que está en juego va más allá de una colaboración puntual. Este podría ser el modelo de manufactura que defina la siguiente década: líneas de producción flexibles, apoyadas por plataformas de IA y fuerza laboral robótica, capaces de adaptarse a la demanda de componentes críticos en tiempo real.
Houston, tradicionalmente vinculada al petróleo y la energía, podría convertirse en un nodo estratégico del futuro tecnológico: donde servidores se ensamblan, robots trabajan y la inteligencia artificial cobra forma, no solo en código, sino también en acero y silicio.
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