La violencia generada por los cárteles mexicanos del narcotráfico en Centroamérica es la clave del aumento en el flujo de niños migrantes no acompañados a Estados Unidos, por lo que esas organizaciones deben ser enfrentadas con una estrategia global, coincidieron por separado el general Charles Jacoby, comandante del Comando Norte, y James Farwell, asesor del Pentágono.
“Los cárteles del narcotráfico son más poderosos, están globalmente conectados, hacen más dinero y son más violentos que nunca”, pueden traficar lo que sea, desde drogas hasta armas y menores sin compañía, dijo Jacoby en entrevistas concedidas a fines de julio y principios de agosto durante un foro de seguridad y para la Radio Pública de Colorado.
“Los niños son un producto más para ellos (los narcotraficantes)”, que han socavado y puesto en riesgo la gobernabilidad de Centroamérica, El Caribe y México, agregó.
El comandante dijo que los niños son escoltados hacia la frontera por criminales de bajo nivel, específicamente en México hacia su destino en Texas, Nuevo México y Arizona.
“En la última milla es probable que los mismos niños ayudaran a transportar drogas, dinero o armas.
“Hemos aprendido que el mejor método para combatir redes es con redes”, afirmó para llamar a una mayor cooperación de inteligencia entre naciones.
El general Jacoby dijo que en este año han sido entrenados cinco mil soldados mexicanos y el Ejército de México ha trabajado con el Comando Norte en su estrategia de seguridad para la frontera con Guatemala.
El cálculo del miedo en México y Centroamérica es completamente equivocado, “son los mexicanos, y los padres y madres de Honduras quienes tienen temor, no los criminales. Tenemos que acabar con eso”, afirmó el general Jacoby.
Añadió que los niños no acompañados que llegan a la frontera no están tratando de evadir a las autoridades policiales y sí buscar entrar legalmente a Estados Unidos. Dijo que soportan un viaje a través de dificultades en una zona llena de actividad de las pandillas, porque sus padres creen que van a estar más seguros una vez que lleguen a suelo estadounidense.
Los niños son originarios de varios países de Centroamérica, incluyendo Honduras, una nación para la que el Departamento de Estado de Estados Unidos ha emitido una alerta de viaje.
“El gobierno de Honduras carece de recursos suficientes para la investigación y procesamiento de los casos, y la policía a menudo carece de los vehículos o de combustible para responder a las peticiones de ayuda contra la inseguridad”, afirmó Jacoby.
En tanto, Farwell indicó en un artículo publicado en varios diarios estadounidenses que las operaciones de los cárteles mexicanos son un factor que ha provocado la migración, y los políticos deben enfocarse al problema real con una estrategia realista, partiendo de que el narcotráfico es un reto hemisférico.
“Los migrantes tienen diferentes motivos para venir aquí, pero el problema central proviene de la guerra de drogas mexicana que ha clamado a más de 105 mil vidas de civiles en nuestra puerta y amenaza a nuestras familias y familias en quizás cientos de ciudades de Estados Unidos”, refirió.
Al respecto, comentó que los cárteles mexicanos tienen una ideología que les da sentido a las vidas de personas de escasos recursos, ofreciéndoles movilidad social, dinero y una cultura más concreta y con sentido, que la que dan otros grupos como los terroristas.
“No podemos mandar a los marines, pero sí presionar a México para que concrete una fuerza similar a los Carabinieri, de Italia, la policía nacional, que pueda enfrentar a cárteles como ‘Los Zetas’, que reclutan a ex militares de élite”, expresó.
Dijo que es necesario convencer al presidente Enrique Peña Nieto de colaborar, pues mientras su antecesor tenía como prioridad derrotar a los narcotraficantes, él más bien está enfocado en detener los secuestros y la violencia mientras la economía está en movimiento.
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