Por. Edgar Ortiz
Sentimiento de orgullo y amor por la patria. Esta definición tiene raíces profundas en las y los mexicanos que amamos a nuestro país. Nace de la reivindicación social de las luchas en contra de la esclavitud colonial a la que nos sometieron los españoles; de las invasiones extranjeras de los norteamericanos y franceses; de la perdida de la mitad de nuestro territorio; de la entrega a gobiernos extranjeros a manos de mexicanos traidores; de la hipocresía y dogmatismo de la iglesia; de la privatización y explotación de nuestros recursos naturales; de la dictadura y represión a la libertad; de la falta de derechos sociales. Por todas estas violaciones a nuestra mexicanidad y humanidad es que los mexicanos desarrollamos un amor intenso por la patria y por lo nacional.
El nacionalismo desprecia los abusos extranjeros y propios, reconociendo de nuestro país sus símbolos, cultura, versos, sus mujeres, hombres, sus conquistas, fracasos, su libertad, su poesía, el lábaro patrio, nuestro glorioso Himno Nacional, la soberanía, nuestros héroes que nos dieron patria e independencia, la fraternidad y democracia, etc. El ser nacionalista es amar a México por encima de todo, es unidad. Es sentimiento único en el mundo, cada nación tiene sus propios idealismos, EUA tiene el destino manifiesto, Francia a la Revolución Francesa, los griegos la cuna de grandes filósofos, la Gran Bretaña a su monarquía, los italianos la herencia del Imperio Romano.
El nacionalismo encierra el reconocimiento de las luchas históricas en México, es justicia social. Es humanismo, ser mejores personas, tener amor por el prójimo y por los que menos tienen.
El nacionalista mexicano respeta la autodeterminación de los pueblos. Engrandece la soberanía y respeta el derecho ajeno para promover la paz (Benito Juárez). Ideal sustentado originalmente en nuestra Constitución de 1917, donde radica que las riquezas del subsuelo son propiedad de la Nación; en la recuperación del petróleo y la industria eléctrica, en la Reforma Agraria que hizo realidad el ejido social para beneficiar al campesino, en potencializar la industria mexicana, los ferrocarriles, los puertos y aeropuertos, es vitorear lo hecho en México. Es alcanzar la autosuficiencia y la soberanía alimentaria y energética. Dicha Constitución nacionalista fue deformada por el neoliberalismo
¿Qué es lo contrario a este sentimiento? El entreguista, el servil, el traidor, el conservador, el neoliberal. Durante la época del neoliberalismo se intentó acallar el recuerdo de nuestros héroes, quitar el civismo de las escuelas, el retroceso de los derechos sociales, las reformas a la Constitución para privatizar recursos naturales, la intervención extranjera moderna, la concesión de una tercera parte del territorio, así como del mar patrimonial, solo les falto privatizar el agua porque el aire no supieron cómo.
Han intentado mancillar a nuestro nacionalismo llamándonos retrogradas por parte de falsos intelectuales, de plumas pagadas, mercenarios de la política al servicio del dinero, de gobernantes entregados al extranjero sin honor ni dignidad, y de ignorantes que no conocen lo mínimo de nuestra gloriosa historia y del poder que representa hasta nuestros días ¡malinchista y traidor aquel que denigra el poder de nuestra cultura y civilización.
Como ya lo he mencionado en otras ocasiones, el neoliberalismo representa todo lo contrario y así fue durante 30 años. Hoy se podría decir que tenemos gobiernos nacionalistas con fuerte sustento en los héroes nacionales, en nuestra historia, en las raíces culturales, en la reivindicación de los pueblos y en velar por los más vulnerables. Promotores de la recuperación de las grandes empresas estratégicas como PEMEX o CFE, de la conservación del litio, y del rechazo absoluto a la privatización.
Las y los mexicanos somos herederos de una cultura milenaria, de la olmeca, maya, zapoteca, mexica, azteca. Somos hijos de la serpiente emplumada, “Quetzalcóatl”, que nos creó durante el 5to sol como los hijos del maíz. Somos lucha y sacrificio, valentía y nobleza, revolución y reforma.
Dicho todo lo anterior, si tienes un gran amor a la patria que te enorgullece decirlo en cualquier lugar y reconoces la lucha histórica que hemos padecido y comulgas con conceptos de soberanía, independencia y libertad y cantas con gran entusiasmo el Himno Nacional, entonces eres también un hijo del maíz, un heredero del nacionalismo revolucionario.
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