Rebeldes islamistas detonaron un coche en la entrada de un hotel en la capital de Somalia y luego irrumpieron en el interior, donde se había reunido un grupo de políticos, matando al menos a diez personas, entre ellas un parlamentario, e hiriendo levemente a dos ministros.
Al-Shabab, que reivindicó la autoría del ataque, busca derrocar al gobierno apoyado por Occidente e imponer su estricta versión de la ley islámica sharia en el cuerno de África, región que está esforzándose para reconstruirse después de dos décadas de guerra.
El ataque suicida ocurrió al mediodía en el Central Hotel, hora de gran afluencia por ser fin de semana en Somalia. Las sirenas de las ambulancias sonaban a medida que llegaban al lugar mientras que una columna de humo subían de las instalaciones emplazadas en la ciudad costera.
«Estamos detrás del ataque», dijo el jeque Abdiasis Abu Musab, portavoz de operaciones militares de al-Shabab, a Reuters. «Buscamos a cargos del gobierno en el hotel, es parte de nuestras operaciones en Mogadiscio», agregó.
El mayor de la policía Nur Mohamed dijo a Reuters que «primero explotó el coche bomba en la puerta del hotel, y luego un atacante suicida se inmoló en el interior. Había ministros y legisladores dentro del hotel».
El funcionario dijo que al menos 10 personas habían muerto, incluido un parlamentario, cargos de seguridad y civiles. «Pero la cantidad de víctimas podría aumentar», añadió. Se escucharon disparos durante un breve instante en el hotel tras el ataque.
Farah Adbullahi, un capitán de policía, dijo que el viceprimer ministro Mohamed Omar Arte y el ministro de puertos Nur Farah Hirsi resultaron heridos de levedad. Anteriormente había identificado de manera errónea a un ministro como el ministro de Transportes, Ali Ahmed Jamac.
Un portavoz presidencial dijo que el mandatario Hassan Sheikh Mohamud condenó el asalto como un «ataque terrorista».
Al-Shabaab gobernó una vez gran parte de Somalia, pero ha sido lentamente apartado por diversas fuerzas a lo largo del país. Sin embargo, su estilo de guerrilla con asaltos a golpe de pistola y bombas suicidas continúa y sigue ejerciendo presión para que el Ejecutivo mejore la seguridad.
Las fuerzas de paz de la Unión Africana y del gobierno somalí lanzaron una campaña militar que derrocó a al-Shabab de Mogadiscio en 2011 y de la mayoría de pueblos costeros.
Pero los continuos ataques en Mogadiscio, pese a que son cada vez menos frecuentes, han complicado los esfuerzos del gobierno para asegurar la celebración de un referendo sobre una nueva constitución federal y elecciones presidenciales durante 2016.
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