Manny Pacquiao tratará de montar un espectáculo al enfrentar a Floyd Mayweather Jr. en poco más de dos semanas.
El filipino espera que Mayweather también pretenda pelear, por el bien de los aficionados —y quizá además por el bien de sus propósitos estratégicos.
Pacquiao irradió confianza y entusiasmo el miércoles en el gimnasio Wild Card de Hollywood antes de su más reciente sesión de entrenamiento como parte de la preparación para su combate del 2 de mayo en Las Vegas.
Mientras se acerca la pelea más esperada en los últimos años, ambos púgiles han mantenido sus declaraciones públicas dentro de lo civilizado y lo respetuoso esta semana. Pero Pacquiao se rió cuando se le dijo que Mayweather lo llamó el martes «un peleador muy imprudente».
¿Peleador imprudente? Eso es lo que a la gente le gusta de mí, porque les agrada una pelea emocionante», señaló Pacquiao. «Lo llamamos boxear, (y) boxear es más sobre lanzar golpes. Hablamos de golpear».
Pacquiao (57-5-2, 38 nocauts) rara vez ha escatimado en fervor durante su sobresaliente carrera como campeón en ocho divisiones, pero el congresista filipino está consciente de que enfrenta al mejor boxeador defensivo de su era. Mayweather (47-0, 26 nocauts) ha sido casi imposible de golpear para la mayoría de sus rivales durante su perfecta carrera.
Sin embargo, Pacquiao espera que Money se dé cuenta de que la mejor forma de ganarse el salario es ofrecer una pelea digna de ver. Después de todo, ambos esperan que los aficionados cubran una cifra récord de 99,95 dólares por la transmisión de pago por evento, una cantidad descrita por nada menos que el promotor de Pacquiao, Bob Arum, como «consumismo ostentoso» si un seguidor lo paga para verla por sí solo.
Y si Pacquiao está intentando un poco de estratagema psicológica, no es muy sutil: Ni siquiera trató de ocultar el hecho de que una reyerta sería su mejor oportunidad de ganar.
«Si lo hace, es bueno para mí», afirmó el filipino. «Eso siento. Ya veremos. Eso es lo que quiero, y definitivamente es lo que los aficionados desean —acción».
De ser una máquina de propinar nocauts, el filipino no gana por la vía rápida desde noviembre de 2009, cuando superó a Miguel Cotto en el que fue el momento cumbre de su carrera.
Este combate ha captado toda la atención de Pacquiao, quien ha dedicado tiempo para observar videos de Mayweather en medio de su agitada agenda de compromisos, que incluye tareas como congresista.
El entrenador Freddie Roach no había visto a Pacquiao estudiar los videos de sus rivales en mucho tiempo, pero que su pupilo le planteó una serie de ideas con miras a la pelea.
Pacquiao es un estudioso de la técnica de Mayweather, inclusive sabe imitar el movimiento que el estadounidense realiza con el hombro para así entretener a Roach.
«Desde hace tiempo que no le veía con semejante velocidad y poder», dijo Roach. «Ahora mismo me duele mucho el pecho. Es palpable la importancia que esta pelea tiene para él. Se desvive por las grandes ocasiones y es consciente de la trascendencia de esta pelea. Floyd está en apuros».
Pacquiao resaltó lo mucho que quería hacer realidad la pelea, al subrayar que aceptó todo lo que pidió Mayweather en los últimos años de negociaciones intermitentes. También aceptó repartir en 60-40 los ingresos.
«Eso lo acepté por los fanáticos. Lo acepté para que esta pelea fuera realidad», concluyó Pacquiao.
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