El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, solicitó hoy a la Asamblea Nacional poderes especiales para «enfrentar» las «amenazas» de Estados Unidos después de que el Gobierno de Barack Obama declarara una «emergencia nacional» por el «riesgo extraordinario» que la situación del país caribeño representaría para su seguridad.
«Esta ley habilitante surgió como una necesidad de tener poderes constitucionales que me permitan moverme en el complejo escenario que se ha abierto para Venezuela», dijo Maduro ante el Parlamento venezolano.
La llamada Ley Habilitante, que precisa para su aprobación el voto de tres quintos de los diputados y otorga poderes especiales para legislar al presidente sin control del Parlamento, fue calificada por Maduro como una «ley antiimperialista» que de ser aprobada le daría «poderes suficientes para defender la paz y el desarrollo integro de Venezuela ante la amenaza de EU».
Sostuvo que la legislación, que denominó «ley antiimperialista», surgió como una necesidad para tener «poderes constitucionales que me permitan moverme en el complejo escenario que se abierto para Venezuela» tras la decisión de EU de congelar los bienes de siete funcionarios venezolanos en territorio estadunidense y declarar al país sudamericano una amenaza extraordinaria para la seguridad nacional. El gobernante no precisó la duración de la ley ni los alcances que tendrá.
Maduro dijo que la fuerza armada y las milicias realizarán el 14 de marzo un «ejercicio militar defensivo nacional» en todos los estados para marcar los «puntos defensivos» del país, y evitar que a la nación «no la toque la bota yankee nunca».
Esta petición de Maduro se produce a raíz de la orden ejecutiva promulgada ayer por el presidente Barack Obama en la que, además de declarar una «emergencia nacional», se «aplican y amplían» las sanciones a algunos funcionarios venezolanos incluidas en una ley aprobada en diciembre pasado por Washington.
El anuncio de Washington incluye el bloqueo de bienes que pudieran tener en EU a siete funcionarios del Gobierno de Maduro, a los que Washington acusa de violar los derechos humanos durante las protestas antigubernamentales que se vivieron en el país en 2014.
Maduro aseguró que, tras el anuncio de la Casa Blanca, jefes de Gobierno de América Latina y el Caribe le han expresado su «incredulidad» e «indignación».
«Incredulidad es el sentimiento que recorre América Latina y el mundo ante la ley aprobada por el presidente Barack Obama contra Venezuela, (…) y el segundo sentimiento indignación, y alrededor de la indignación rechazo, hay un rechazo unánime y general en el mundo», afirmó el presidente venezolano que tildó la orden ejecutiva de EU de «aberración histórica».
«Venezuela no es y no será jamás una amenaza para EU ni para ningún país del mundo porque somos un pueblo noble y de paz», añadió.
De ser aprobada la habilitante, sería la segunda vez que se le conceden a Maduro poderes especiales para legislar, luego de que en 2013, siete meses después de ser investido como presidente del país, solicitara la primera ley habilitante de un año de duración.
Maduro promulgó durante ese período medio centenar de leyes que afianzaron el control del Estado en la economía, fortalecieron la lucha gubernamental contra la corrupción y crearon el marco legal de funcionamiento de planes sociales gubernamentales, entre otros asuntos.
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