La decisión presidencial tomó a todos por sorpresa, y el “¿cómo ves?” se convirtió en un reconocimiento al proceso de transparencia gubernamental, que se ponía en duda y afectaba la potencial participación de inversionistas en otros esquemas de licitación internacional en obras multimillonarias de infraestructura y de energía.
Desde el 15 de octubre, cuando China Railway Construction hizo su propuesta técnico-económica para la construcción del tren de alta velocidad México-Querétaro y los demás interesados se hicieron a un lado, se crearon sospechas sobre el proceso.
Las bases de participación establecían que los interesados debían incluir al operador de los trenes desde un principio, y los chinos lo hicieron hasta el final con la francesa CSNCF. El punto fino es que debería homologarse la operación a la condición de trenes europeos, y los chinos no han construido ningún tren fuera de su país.
Muchos ojos estaban pendientes de la licitación y les llamó la atención que no se cancelara por falta de cumplimiento a las bases de la convocatoria. Se afectaron pláticas y negociaciones con empresarios e inversionistas, a quienes se les quiere invitar a participar en la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México (169 mil millones de pesos) y en los diversos negocios que surgirán por la apertura energética.
El presidente Enrique Peña Nieto instruyó el jueves pasado a reponer la convocatoria para la construcción de ese tren, “en razón de las dudas e inquietudes que han surgido en la opinión pública”.
Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes, fue el que hizo el anuncio y en picada bajaron sus bonos. No está en el avión presidencial, que a estas horas ya está en China, y seguramente analiza el peso de sus palabras en el Senado de la República: “No hubo información privilegiada… reponer el procedimiento, creo que sería ilegal… uno tiene que, con valentía y con audacia, tomar una decisión y la tomé y la afronto con mucho gusto, en el mejor sentido para el proyecto”.
El mundo de los negocios también se sacudió con las nuevas reglas de portabilidad numérica del Instituto Federal de Telecomunicaciones, que concede 90 días más a los concesionarios del servicio telefónico para cumplir con procedimientos técnicos en sus redes y equipos, lo que afectó la estrategia comercial de Izzi Telecom (Televisa) y el adiós a Carlos.
En ese ambiente se anunció la compra de Iusacell por parte de AT&T, la otrora socia de Carlos Slim Helú en Telmex, y habrá que esperar su oferta de servicios.
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