By Ya reza un refrán muy famoso para la idiosincrasia del mexicano que no “hay fecha que no se cumpla, ni plazo que no se llegue”, muestra de ello se hizo patente en la entusiasmada pero atropellada toma de auto protesta del alcalde de Ensenada, licenciado. Armando Ayala Robles, el pasado 30 de septiembre frente a simpatizantes, empresarios, funcionarios salientes, entrantes y la clase política del Estado, predominantemente afín al Movimiento de Regeneración Nacional y a la Cuarta Transformación de la República.
Reflexionando en torno a su actuación, quizá es que producto de tal atribución y de su inexcusable conocimiento de la ley, es que el alcalde de Ensenada, ya ha arrancado su administración con un claro “negrito en el arroz” pues, en su primera sesión de Cabildo, le fue negada por ocho votos en contra y seis a favor, la propuesta que este efectuó para designar al director de Seguridad Pública Municipal.
Lo preocupante del asunto radicó en que dos días después de tal determinación, se revirtió el sentido de la votación, es decir, con 12 votos a favor y 3 en contra los ediles aprobaron la propuesta del presidente municipal Ayala Robles.
Resulta preocupante que, sin la solicitud de un Plan Integral y Transversal en la materia, o sin dar paso a una terna, se cambie el razonamiento. No se puede jugar con un tema tan delicado como lo es la Seguridad Pública, sin que medien argumentos convincentes y sólidos de por medio.
Si bien, del fondo del asunto no se aduce la ilegalidad de las formas, si la moralidad de las mismas. Ojalá que por el bien de Ensenada y de la Baja California, impere el ideal de profesionalismo y seriedad, contrarias a la inexperiencia y servilismo del que se han revestido innumerables administraciones municipales y que seguimos padeciendo tristemente, los ciudadanos. FRACE DESTACADA: Ojalá que prive el ideal de profesionalismo en los nuevos ayuntamientos
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