“La tilapia es peor para ti que la tocineta”. Así se titula el corto artículo de Eat This, Not That, en donde explican los escalofriantes detalles de la dieta de este pez.
Estos peces se alimentan de los sedimentos del fondo del cuerpo de agua donde habitan y se les conoce en inglés como “bottom feeders”.
De acuerdo con el equipo, el pescado es fácil de criar y fácil de vender. Afirman que “por primera vez, en 2012, la producción de pescados criados en piscifactorías sobrepasó la de la carne, llegando a un récord de 66 millones de toneladas, comparadas con la carne a 63 millones”.
Lo triste del caso es que con miras hacia una dieta saludable, compras el pescado más barato, la tilapia. Si es cierto lo que los expertos dicen de que “eres lo que comes”, estarás ingiriendo toxinas, hormonas, grasas peligrosas y hasta heces de animales.
Entonces, el refrán de que “lo barato sale caro” pone en entredicho los beneficios de comer este pescado en vez de cualquier otro alimento.
“Estudios han encontrado que el potencial inflamatorio de la tilapia de cría es más alto que el de una hamburguesa, donas… ¡hasta la tocineta de cerdo!”, según el escritor.
Aquí encontrarás cinco razones para eliminar la tilapia de tu menú:
Es la peor clase de grasa:
“Comparado con otros pescados, la tilapia criada contiene cantidades beneficiosas relativamente pequeñas de ácidos grasos de omega-3”. El consumo de este aceite es la razón principal por la que es beneficioso comer pescado frecuentemente.
“Mientras que una porción de salmón contiene sobre 2 mil miligramos de ácidos grasos de omega-3, una porción de tilapia tiene unos 135 miligramos. Por lo tanto, como la dieta de la tilapia criada consiste en maíz y soja en vez de plantas de lago, proporcionalmente los contenidos grasos de omega-6 están por las nubes, lo que estudios han probado que hacen daño al corazón, al cerebro y al estado de ánimo”.
Tienen una dieta asquerosa:
“Hay una buena posibilidad de que la tilapia que está servida en tu plato haya sido criada con una dieta de excrementos. Estudios del Johns Hopkins: Center for a Livable Future revelaron los escabrosos detalles de los piscifactorías atestadas de enfermedades en Asia, donde heces de cerdos y pollos son servidos como una alternativa a la comida de pescado, baja en costo”…
Les han cambiado el género:
“Virtualmente, toda la tilapia vendida en los supermercados de América han pasado por un cambio de sexo, como resultado de haber sido alimentados con methyltestosterona durante las tempranas etapas de vida. Expertos en mariscos consideran insignificantes a la salud humana los efectos de esta hormona. Sin embargo, hay estudios que sugieren que puede ser altamente tóxica para el hígado”.
Causan un impacto ambiental negativo:
“Ambientalistas discuten que el intenso criadero de tilapia sin regulaciones está dañando ecosistemas, dejando lagos muertos y especies extintas en países pobres con prácticas prohibidas en los Estados Unidos. Por ejemplo, en Nicaragua, grandes cantidades de pescado son criados en jaulas donde los desperdicios contaminan el agua del lago”.
¡Come esto, no tilapia!:
“Cuando se trata de escoger un pescado saludable para tu cuerpo y la Tierra, sigue la regla número uno: mantente alejado de los criaderos. Los mariscos criados en piscifactorías, no sólo la tilapia, pueden tener diez veces más toxinas que un pescado silvestre, de acuerdo con los investigadores de Harvard. Tus mejores opciones son: salmón silvestre de Alaska (Wild Alaskan Salmon), Abadejo (Alaska Pollok), bacalao del Atlántico, almejas, cangrejo azul (Blue Crab), caballa del Atlántico (Atlantic Mackerel), lubina rayada (Striped Bass), sardinas, arenque, trucha arcoiris (Rainbow Trout) y la platija (Flounder).
VIA Eat This, Not That
¿Qué crees, lo vuelves a comer?
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