En un quirófano de última generación, en lo profundo de una consola tridimensional, manos robóticas guiadas por el pulso humano realizan movimientos con precisión milimétrica.
No hay temblores. No hay titubeos. Hay ciencia, técnica y vocación.
Al frente de esta escena se encuentra la doctora Eva Marina Mora Cañas, especialista en coloproctología y pionera de la cirugía robótica en Baja California.
Originaria de Colima y egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la doctora Mora ha recorrido un camino tan exigente como sinuoso, que la ha situado a la vanguardia de la medicina en el Estado.
Su formación se perfeccionó en instituciones de Francia, Estados Unidos y México, consolidando un perfil quirúrgico que no sólo domina lo técnico, sino que busca transformar vidas. “Ayudar a otros y ver cómo cambia el curso de sus historias es lo más valioso”, asegura.
Cirugía robótica: precisión sin precedentes
La cirugía robótica ha marcado un antes y un después en la forma de intervenir el cuerpo humano.
Para especialidades como la coloproctología, el impacto ha sido transformador. Las operaciones en la pelvis representan uno de los mayores retos en medicina quirúrgica, debido a la profundidad, estrechez y sensibilidad del área, donde conviven estructuras óseas, nerviosas, vasculares y órganos vitales.
“La pelvis está dividida en tres compartimentos: anterior, medio y posterior. Cada uno tiene funciones específicas y estructuras clave. Intervenir ahí con precisión y sin causar daño funcional ha sido históricamente uno de los mayores desafíos para los cirujanos”, afirma la Dra. Mora Cañas.
Explica, que antes, el acceso era invasivo, con incisiones amplias, manos dentro del abdomen y manipulación manual con visibilidad reducida.
Después vino la laparoscopía, que permitió utilizar cámaras y pinzas a través de pequeñas incisiones. Pero incluso esa técnica exigía una curva de aprendizaje larga y se veía limitada por la falta de estabilidad y el campo visual reducido. La cirugía robótica resuelve muchas de estas limitaciones, agrega.
“El robot elimina el temblor natural de las manos y añade articulaciones que simulan la muñeca del cirujano, permitiendo movimientos más naturales y controlados”, detalla la doctora. “Eso nos permite operar en lugares donde antes la mano llegaba, pero la vista no. Hoy, gracias al robot, podemos ver y actuar al mismo tiempo, con una magnificación que ningún otro sistema ofrece.”
“Las cirugías de pelvis pueden comprometer funciones vitales como la continencia urinaria, fecal o la función sexual. Preservarlas es una prioridad, y ahí es donde la tecnología marca una diferencia invaluable”, destaca.
Su aporte a BC
En una región donde las mujeres cirujanas siguen siendo minoría —y más aún en campos como la coloproctología—, la Dra. Eva Marina no sólo será la primera mujer en ofrecer cirugía robótica en Baja California, sino también la primera en el país en certificarse específicamente como coloproctóloga en esta técnica, siendo el resultado de un esfuerzo conjunto con otros médicos competentes, quienes han colaborado en sincronía con ella para elevar los estándares de la atención médica, demostrando que el trabajo en equipo es lo que realmente suma fuerzas.
En plática con CAMPESTRE, nos detalla que esa distinción no es casualidad. Requiere superar procesos estrictos, obtener privilegios quirúrgicos en hospitales de alta tecnología y, sobre todo, demostrar un dominio técnico y ético incuestionable.
“Este tipo de plataformas, como el Da Vinci, cuestan millones de dólares. Su uso está reservado para quienes tienen la preparación y la responsabilidad de hacerlo bien. Es un privilegio que no se hereda: se gana.”
Además, este 31 de mayo, la doctora Eva Marina Mora Cañas será la única bajacaliforniana invitada a participar en el primer simposio nacional “Woman in Da Vinci Surgery México” (WIDVS), a celebrarse en el Hospital Ángeles Universidad en la Ciudad de México, y reuniendo a destacadas cirujanas de todo el país para intercambiar conocimientos y experiencias en torno al uso del sistema robótico Da Vinci, en diferentes especialidades médicas.
Y su presencia no sólo representa un reconocimiento a su trayectoria, sino también a la consolidación de Baja California como un referente en cirugía de alta precisión en México.
Democratizar la tecnología
Consciente de las barreras económicas que impiden a muchos acceder a este tipo de intervenciones, la doctora Mora ha decidido ofrecer durante los meses de abril y mayo una serie de procedimientos pro bono, eliminando sus honorarios profesionales para pacientes que requieran cirugía robótica por enfermedades como cáncer de colon, enfermedad diverticular, prolapso rectal o hernias complejas.
“El único costo para el paciente será el uso hospitalario, la plataforma robótica y los insumos necesarios. Lo hago como parte de mi proceso de certificación y también porque quiero facilitar el acceso a una tecnología que, aunque costosa, puede cambiar la vida de alguien para siempre”, subraya.
Los beneficios son evidentes, y resalta que son menor dolor postoperatorio, menos días de hospitalización, menores tasas de complicaciones y una recuperación más rápida. “Ver a los pacientes reincorporarse a su vida cotidiana sin grandes secuelas es una gran satisfacción. Ahí está el verdadero valor de lo que hacemos.”
La robótica en la práctica clínica
Actualmente, la doctora Mora trabaja en conjunto con especialistas en ginecología y urología para tratar padecimientos que cruzan más de una especialidad. Endometriosis severa, tumores de colon con impacto en vejiga o útero, y otras enfermedades pélvicas son abordadas de forma integral y robótica.
“La plataforma permite trabajar en equipo, combinar conocimientos y actuar de manera más precisa. Lo hicimos recientemente en un caso donde los divertículos del colon generaron una fístula con el útero. La paciente se recuperó de forma increíble. Saber que pusimos esa tecnología al servicio de una vida que recupera su dignidad es de lo más bonito que me ha pasado.”
Una apuesta por el futuro
Para la doctora Mora, la cirugía robótica es un símbolo del nuevo estándar al que deben aspirar los sistemas de salud en México.
“Claro que hay que hablar del costo. Pero también hay que hablar del valor: la posibilidad de preservar funciones vitales, de operar sin mutilar, de ver mejor, hacer menos daño y lograr más. Eso no es un lujo, es una evolución que tiene que volverse accesible.”
Y en ese camino, ella ha demostrado que las barreras se derriban con preparación, ética y visión.
Es la primera mujer coloproctóloga en Baja California en operar con robot. Pero sobre todo, es una profesional que ha entendido que la medicina no es una meta, sino un trayecto donde cada decisión puede cambiar un destino.
Quienes deseen consultar con la doctora durante esta temporada de acceso preferente a cirugía robótica, pueden hacerlo a través de su consultorio en Tijuana. Porque en salud lo verdaderamente valioso no se mide sólo en pesos, sino en la capacidad de vivir con dignidad, plenitud y confianza.
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