Jorge Gracia es catalogado como un visionario que trasciende fronteras con su trabajo en Gracia Studio, al fusionar la naturaleza y el diseño, creando espacios cautivadores. Este artículo destaca cómo su enfoque ha transformado entornos, lo que le ha redituado admiradores alrededor del mundo. A ello, se le suma la creación de su Escuela Libre de Arquitectura, un espacio donde se busca encauzar la pasión de los futuros profesionistas.
En el mundo de la arquitectura existen figuras que trascienden las estructuras de concreto y acero para crear obras de arte que inspiran, motivan y transforman el entorno.
Precisamente en Tijuana, la ciudad que lo vio nacer, encontramos a uno de los más connotados exponentes en México de esta disciplina: Jorge Gracia, un talento que ha conquistado a los gustos más exigentes con creaciones como Casa Hawái, Dos Villas, Pabellón Comex, Casa don Juan, entre otras.
Egresado de la Universidad Iberoamericana del Noroeste, Jorge Gracia es reconocido por el impacto que producen sus diseños que abrazan el modernismo mid-century, pues van de la mano de la sustentabilidad y funcionalidad para proyectar el nivel estético que requiere su profesión.
Eso le ha permitido llevar su experiencia más allá de las fronteras del país, dejando una huella imborrable en lugares tan disímbolos, como Kona, Sonoma, CDMX, Los Ángeles, La Paz, Cancún y Valle de Guadalupe, evocando a la naturaleza con detalles en madera, líneas simples y una cierta influencia del estilo industrial, debido a los acabados que suele utilizar, amalgamados por las referencias a los colores de los atardeceres en Tijuana.
Sus diseños respetan y realzan el entorno en el que se insertan, convirtiendo cada proyecto en una simbiosis perfecta entre lo humano y lo natural al servicio de proveer la tranquilidad, sobre todo cuando son espacios habitables.
Con dichos blasones que le confieren contar con una trayectoria que se extiende por más de dos décadas, su nombre resuena en el mundo de la arquitectura contemporánea como uno de los más laureados y admirados, por lo que CAMPESTRE se congratuló de haber tenido una interesante plática con él.
• DESCIFRANDO A JORGE GRACIA •
Definiéndose como un tijuanense perseverante y con una disciplina constante, Jorge se percibe como un apasionado para que la región crezca de manera ordenada.
Eso lo ha llevado a incursionar en diversos movimientos ciudadanos que apoyan la correcta ocupación del espacio público, que exigen contar con transporte público digno y otras situaciones que inciden de manera positiva, sin inmiscuirse directamente en el ámbito político, tratando de, únicamente -como ciudadano-, alzar la voz y decir “esto es lo que veo yo, y esto lo que necesitamos”.
A su vez, admite que la vitalidad y el dinamismo de Tijuana, una ciudad que -puntualiza- se reinventa constantemente, sumados a sus experiencias de viaje, han impreso variadas ‘marcas’ en su memoria. “No solamente por la contemplación de diseños particulares, sino también por la forma en que los entornos interactúan con las personas que los habitan”, dice.
“Crecí en Playas de Tijuana, quiero mucho a mi ciudad y trato de hacer lo más que pueda por ella. Le inculco a mis hijos el valor por ella. Es una ciudad muy bonita que te da mucho. Entonces, como arquitecto lo que busco es aportar algo”.
Se dice admirador de Le Corbusier, y Ludwig Mies van der Rohe. Entre los libros que le traen buenos pasajes, recuerda el “Refabricating architecture” de Stephen Kieran. En lo musical, nombra a Mano Negra y su vocalista franco- argelino Manu Chao, lanzando un guiño a la Tijuana de los años noventa, cuando los jóvenes tenían en la estación de radio More FM su válvula de escape.
• ARRIBO A LA ARQUITECTURA •
Después de salir de la preparatoria, y estar un año en Bélgica, Jorge recuerda que fue cuando decidió ser arquitecto. “Estudié la carrera sin saber muy bien todavía qué era lo que quería. El amor por la arquitectura no ha sido tanto por la arquitectura en sí, sino por lo que puedes lograr por medio del diseño. No me enfoco tanto en que el resultado tiene que ser bello o estéticamente bonito, sino en qué impacto positivo puede tener en las personas. Eso es lo que me gusta. Busco proveer espacios dignos para el mundo, para la gente. Entonces le he ido agarrando sabor cada vez más. Disfruto hacer proyectos que impactan e inspiran”.
• DESCIFRANDO EL PROCESO •
“Tienes que buscar la inspiración, estar alimentándose de diferentes tipos de artes para poder crear algo. También es importante conocer, durante tu vida, durante tu niñez”, expone.
Y dicha aseveración nos lleva a viajar hasta los años setenta y ochenta, donde Jorge evoca un pasaje de su infancia. “Cada uno tiene una forma distinta de percibir la vida. Si, por ejemplo, de niño ibas a casa de tu abuela y veías la luz que pasaba a través de las hojas del árbol, esa sensación que se forma entre la sombra y sol ¿Qué era eso y cómo lo interpretas en tus proyectos nuevos? Haces una réplica de esas sensaciones. Es donde entra la inspiración. La arquitectura es cuando hay emociones”.
• SU ESTUDIO •
Actualmente, con Gracia Studio, Jorge busca impulsar el mejoramiento de los sistemas constructivos que conducen a una arquitectura digna para los usuarios, buscando su realización con elementos cotidianos, utilizados de maneras inusuales para dar un valor añadido acreditado por el ingenio.
“Cada proyecto se maneja de manera única y se estudia a fondo durante el proceso de diseño, y se sigue hasta la etapa de construcción, para garantizar que el detalle y la limpieza se mantengan en una etapa simple”, nos cuenta.
“Se busca aportar o diseñar espacios en los que se sientan a gusto los clientes, como cuando hemos hecho proyectos residenciales, centros comerciales o escuelas culinarias”.
Después de la pandemia dejé de construir para tomarse como una pausa. Construir te mantiene todo el tiempo ocupado. Entonces ahorita el haber tomado esa pausa me permitió abrirme mucho al mercado americano, como lo es en Los Ángeles y San Diego”.
• LAS NUEVAS GENERACIONES •
Asimismo, y como fundador y director de la Escuela Libre de Arquitectura, institución que busca formar profesionistas a través del aprendizaje vivencial en situaciones reales. involucrándolos con su comunidad, aportando al desarrollo de la ciudad, Jorge también es una voz autorizada para hablar del devenir de las nuevas generaciones.
Al hablar de los talentos que surgen o de jóvenes que buscan irrumpir en dicho campo, él recomienda ejercer la disciplina y pasión.
“Tienen que formarse con mucha disciplina y que le den tiempo a lo que hacen porque necesita tiempo para poder encontrar la pasión por algo”.
• EL LEGADO DE JORGE GRACIA •
El encuentro con CAMPESTRE está a punto de concluir y le pedimos que nos defina a Tijuana en tres conceptos, los cuales dos de ellos dice de manera inmediata, al resaltar que es fructífera y caótica.
Al nombrar el tercero, menciona la palabra sexi, y lo refiere desde la perspectiva de la belleza.
Un adjetivo que definitivamente no es ajeno para una ciudad tan cosmopolita, donde obras como las de Jorge Gracia trascienden hacia un futuro en el que naturaleza y arquitectura coexisten sin bifurcar sus caminos.
El tiempo nos marca el final en el reloj, y entonces reforzamos la idea de que en un mundo en constante cambio donde las ciudades se expanden y los paisajes se transforman, personas como Jorge Gracia nos señalan la importancia de la armonía entre el ser humano y su entorno. Sólo es cuestión de encontrar y saber usar esa inspiración.
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