Inteligente, audaz, valiente y feminista sin ostentarlo, Jackie Nava, nuestra primera campeona del mundo en el difícil territorio de los puñetazos y en el hasta entonces ámbito exclusivo de los hombres, monarca indiscutible antes que ninguna otra mujer mexicana, son sólo una muestra de sus virtudes y cualidades, en su encomiable curriculum de vida.
Porque también fue y ha sido estudiante con méritos académicos, arquitecto de profesión, esposa, madre de dos hijas, conferencista y ejemplo para generaciones de muchachas y muchachos estudiantes, a quienes les ha llevado su mensaje de perseverancia, disciplina y valor para enfrentar el ring de la vida, en escuelas y foros públicos.
La “Princesa azteca’’, como se le conoce no sólo en el mundo del boxeo sino entre la gente y las familias mexicanas, es un cofre de sorpresas consumadas. En 2015 “colgó los guantes” temporalmente para hacerse candidata por el VIII Distrito Federal en Tijuana, ganar y convertirse en diputada. Sobre su experiencia legislativa, opinó en su momento que “el Pleno del Congreso es más difícil que el ring”, ya que éste lo conocía de esquina a esquina, mientras que en la Cámara de Diputados era nueva pero no una improvisada, pues contaba con una profesión académica.
Durante su periodo como diputada federal se enfocó obviamente en apoyar las causas del deporte nacional, y de eso dejó constancias en los grupos de deportistas jóvenes que fueron en su búsqueda por apoyos institucionales. Sin embargo, su verdadera pasión fue y ha sido el deporte y particularmente el box. Después de una larga trayectoria deportiva que comenzó a muy temprana edad y que, en vista de los excelentes resultados, podría considerarse la etapa de preparación antes de conquistar la gloria en el boxeo femenil.
Tomó clases de gimnasia olímpica en la escuela primaria, así como atletismo en ese mismo lapso y en parte de la secundaria, baloncesto en la preparatoria, karate y kick boxing amateur y profesional, y finalmente el box que practicó primero a nivel amateur, hasta que debutó profesionalmente con éxito sostenido y meteórico.
Jackie Nava se corona campeona del mundo en pe- so gallo por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), en 2005, y ese mismo año, pero en peso supergallo, por el Consejo Mundial de Boxeo. México, y con gran orgullo para Tijuana y Baja California, tenía una campeona de box profesional, mujer y tijuanense. Para conseguir esos títulos, derrotó res- pectivamente a la tapatía Leticia Arévalo y a la neoyorkina Leona Brown. En una palabra, pionera en México, en esa difícil profesión de hombres hasta pocos años atrás.
Jackie Nava nunca perdió esos cinturones, pero tuvo que renunciar temporalmente a ellos cuando tomó la decisión, en 2015, de dedicarse en cuerpo y alma a la política electoral, primero, y luego, con su triunfo en las urnas, a legislar en San Lázaro. Jacqueline Nava Mouett, (su nombre de Registro Civil) ha recibido incontables galardones, reconocimientos y diplomas, por su calidad de mujer mexicana, como pugilista y como ejemplo para niños y jóvenes y, por qué, no, para los adultos, tanto de los organismos mundiales (AMB y CMB y otros) como del deporte nacional y particularmente del boxeo.
En Tijuana ha sido reconocida por Inmujer por ser una de “Las mujeres” y su contribución a la “Historia de Tijuana”, lo mismo que Inmujer del Estado. Durante su carrera boxística se ha dado tiempo para impartir conferencias ante públicos diversos, pero principalmente con niños, adolescentes y jóvenes. En el Instituto Tecnológico de Tijuana (ITT), su Alma Mater, dictó una conferencia sobre la perseverancia, en el CBTIS 146, “Valorízate”, así como las ponencias “Construye-T”, “No se gana en el ring”, “No te rindas”, entre muchas otras en espacios y foros públicos y escolares. Jackie Nava tiene una hoja de vida cargada de lucha, disciplina, victorias y humanidad, por ello es una de las líderes más destacadas de Baja California
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