El cadáver de un sacerdote de Uganda (África oriental) que estaba reportado como desaparecido en México fue identificado entre restos hallados en las últimas semanas en fosas clandestinas, en medio de la búsqueda de 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, Guerrero, informó el viernes la diócesis a la que pertenecía.
El sacerdote católico John Ssenyondo fue reportado como desaparecido en mayo por la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, en Guerrero, a donde había llegado en el 2010 para integrarse al clero de la empobrecida región.
«Estaba en una de las fosas donde encontraron seis cuerpos acá por Chilapa. Se encontró un cráneo que tenía las características del padre», dijo una integrante de la diócesis que prefirió el anonimato.
Chilapa se ubica en dirección hacia la escuela rural de magisterio de Ayotzinapa, a la que pertenecían los estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre, un caso que ha conmovido al país y sacudido al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
La Fiscalía de Guerrero, estado donde desaparecieron los estudiantes, confirmó que había una denuncia de desaparición, pero no pudo confirmar si el cura había sido identificado.
El caso de los estudiantes, desaparecidos por una conspiración entre policías de la ciudad de Iguala y un grupo de la delincuencia organizada, ha llevado al hallazgo de decenas de cadáveres en fosas clandestinas que son utilizadas por éstos para ocultar a sus víctimas.
Hasta ahora ninguno de los estudiantes ha sido identificado. La Procuraduría General de la República tiene declaraciones de tres detenidos que dicen haberlos quemado en un basurero de Cocula, municipio vecino a Iguala.
La identificación de Ssenyondo se logró con la colaboración de su odontólogo, debido a que el sacerdote se estaba realizando un trabajo bucal y el dentista tenía en su poder sus placas dentales, dijo la fuente de la arquidiócesis.
Agregó que el padre fue llevado por unos hombres armados poco después de haberse negado a bautizar a un niño de la sierra, presuntamente hijo de un delincuente.
El caso de los estudiantes ha sacudido al gobierno del priista Peña Nieto, quien asumió el poder en diciembre del 2012 prometiendo controlar la violencia heredada de su antecesor Felipe Calderón (2006-2012), cuya campaña frontal contra los cárteles del narcotráfico dejó más de 70 mil muertos.
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