A los hombres les enseñan a no llorar; nunca enfermar y ser fuertes.
Pero a ellos no les advierten de los cambios físicos y emocionales que traen consigo el crecimiento y desarrollo, y mucho menos sobre la importancia de Ia autoexploración de los testículos para detectar un cáncer y atenderlo en etapa temprana.
Lauro Gómez Guerra, urólogo andrólogo, explica que autoexplorarse también permite valorar la presencia de venas dilatadas, llamadas varicocele, en las bolsas escrotales que en un futuro puedan ser causa de infertilidad.
Ambos padecimientos se presentan en etapas jóvenes, entre los 15 y 35 años, a diferencia del tumor en Ia próstata, que es más común en hombres arriba de los 40, agrega.
El desconocimiento de Ia autoexploración masculina obedece a motivos sociales y culturales. Las mujeres desde pequeñas son educadas por sus madres para afrontar lo que sucederá en su desarrollo; un ejemplo es Ia primera menstruación, evento que debe ser traumático, pero con el apoyo de sus familiares esa transición de niña a mujer resulta más llevadera.
«Así como a ellas se les enseña Ia autoexploración de sus pechos, a los hombres nos deberían decir cómo autoexplorarse los testículos», enfatiza.
«No tenemos a nuestro papá diciendo: ‘Hijo, por los cambios hormonales es importante que vayas conociendo lo que va a suceder en tu cuerpo, de hecho, empezarás a tener erecciones espontáneas en Ia noche, puedes incluso humedecer Ias sábanas y no es orina, sino líquido seminal, son emisiones que aparecen por tu desarrollo; cambiará el humor de cuerpo, etcétera’; pero aprendemos al vapor, y cosas que incluso no son ciertas», señala.
Agrega que la política en salud pública, en general, se preocupa por prevenir a niños y mujeres, porque culturalmente se tiene Ia idea de que los hombres son más fuertes y subraya la importancia de empezar a crear un concepto de salud en el hombre, pero no sólo en lo referente al cáncer de próstata, que es lo que más se ha promovido.
Desde el momento que nace un varón, se debe discutir sobre hacerle o no Ia circuncisión; revisar si los testículos no presentan un problema Iíada criptorquidia o falta de descenso de los testículos en Ia bolsa escrotal, que también aumenta del 30 a 40 por ciento las posibilidades de desarrollar un cáncer de testículo o presentar problemas de infertilidad.
«Explorar cómo se desarrolla su área genital y, en Ia adolescencia, marcar los cambios físicos y hormonales que se van a presentar», describe. «Los jóvenes empiezan a tener deseos sexuales, y es importante inmiscuírlos en Ia responsabilidad de tener una relación sexual, así como la prevención, para evitar que desarrollen una enfermedad de transmisión sexual».
Cáncer de testículo
La autoexploración en los testículos es básica para detectar si se presenta una pequeña induración o cierta dureza; o notar que el testículo empieza a aumentar de tamaño o localizar un pequeño nódulo o bolita dura que no duele. Si existe uno o más de estos síntomas se requiere supervisión médica; no hay que esperar a sentir dolor, recomienda el especialista.
Este cáncer es prácticamente curable si se detecta en etapas tempranas. En la inicial, tras operar, el paciente presenta casi un 100 por ciento de curación, sólo es necesario verificar que no haya extensión en los ganglios y a otras estructuras u órganos del cuerpo y darle seguimiento al paciente.
En la etapa intermedia se presenta extensión de Ia enfermedad y requiere radioterapia o quimioterapia y también es altamente curable.
lncluso hay tumores malignos en etapas avanzadas que invaden el pulmón o hígado, y el paciente responde favorablemente a Ia quimioterapia y llega a tener una sobrevida arriba del 60 o 70 por ciento, reconoce.
Generalmente, este tumor aparece en un sólo testículo, pero hay casos de un 1 al 5 por ciento que puede ser bilateral.
«Al quitarle su órgano se queda con uno solo y para mantener sus características sexuales secundarias, antes de recibir los tratamientos de quimio o radioterapia, se debe revisar su producción de espermas para tratar de congelar el semen y, en un futuro, utilizar estas células en procesos de fertilización».
Aún no se ha determinado con exactitud las causas que provocan este cáncer en los testículos, sobre todo en los jóvenes; no hay evidencia si tiene relación con Ia alimentación o factores ambientales, afirma el urólogo andrólogo.
Sin embargo, se ha cuestionado si los pacientes que han utilizado esteroides anabólicos para aumentar la grasa muscular son más propensos a desarrollar cáncer de testículo.
«No hay evidencia de que exista predisposición, por lo menos ninguno de mis pacientes que ha padecido cáncer de testículo ha utilizado esteroides anabólicos», afirma Gómez Guerra.
Infertilidad
El problema de las venas dilatadas o várices en los testículos, una causa frecuente de infertilidad, también es detectado por medio de la autoexploración.
De hecho, advierte Gómez Guerra, del 30 al 40 por ciento de las causas de infertilidad masculina es producida por estas venas dilatadas (varicocele), Ia cual es corregible con cirugía mínimamente invasiva llamada varicocelctomia: las venas se cortan y ligan a través de una pequeña incisión en Ia región inguinal, pero se preserva Ia arteria espermática interna.
El objetivo es que los testículos tengan un crecimiento y desarrollo adecuados, para que al momento de procrear, Ia producción en cantidad y calidad de espermas no resulte afectada, reitera.
«En los jóvenes, esta enfermedad puede producir problemas en su capacidad reproductiva, pero no con Ia capacidad eréctil y tampoco predispone al desarrollo de cáncer en los testículos», explica. «Quien sufre de venas dilatadas en los testículos no se va a morir, al menos físicamente, pero sí emocional y socialmente por su infertilidad o incapacidad para tener hijos, y esto puede ser terrible para Ia pareja».
Cómo autoexplorarse
Lo primero es acudir con el urólogo, quien a través del tacto, revisa en qué estado físico se encuentran los testículos, y una vez que descarta cualquier problema o anormalidad, invita al paciente a realizar la verificación por sí mismo.
«Le sugiero que se toque el testículo en Ia parte posterior; Ia de abajo y superior; en esta última se va a palpar una bolita que se llama epidídimo, una estructura donde maduran los espermatozoides, pero es algo normal», explica. «Luego le pido que se toque el testículo y note Ia consistencia, que debe ser de cierta dureza, pero no pétrea».
Ya que el paciente corrobora que todo está normal, el médico le recomienda que repita Ia autoexploración todos los días, o por lo menos una vez a Ia semana en Ia ducha y con agua caliente, porque ayuda a que se relaje el testículo.
Si en alguna de estas ocasiones se palpa algo totalmente diferente a lo ya conocido, debe acudir con el especialista para recibir información.
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