El incendio forestal que ocurrió en la Sierra de Juárez dejó daños colaterales en el sector ganadero cuyo rebaño se quedó sin alimento
luego de que el fuego consumiera alrededor de 16 mil hectáreas de pasto, chaparral y zonas arboladas que forman parte del agostadero.
Gustavo Rodríguez Cabrales, presidente de la Unión Ganadera Regional, comentó que el pasto seco es el combustible perfecto para los incendios, pero también forma parte del alimento para el ganado que prolifera en el área siniestrada.
Al momento, la opción viable para los rancheros es comprar la comida en pacas, así como vender o sacrificar el ganado porque en ciertos casos será incosteable la manutención de las reses.
“Para los ganaderos es complicado comprar la pastura por lo que hay quienes tendrán que deshacerse del ganado por este tipo de eventos desafortunados”, indicó el dirigente.
Le agregó que a lo largo de la zona costa, que comprende desde Tijuana hasta San Quintín, existe un problema de sequía que ha provocado un descenso en la cosecha de temporal como trigo, avena y cebada (que es la siembra que dependen de las lluvias), situación que se refleja en un incremento del precio del alimento.
Calculó que la paca en Baja California, de entre 35 y 40 kilogramos, tiene un costo promedio de 150 a 160 pesos y con un bulto se alimentan diario 2 ó 3 animales.
“Hay quienes tendrán que deshacerse de ellas de lo contrario terminarán comiéndose solas”, describió.
La sequía extrema, dijo, por lo que no dudó en buscar apoyos para reponer el daño que enfrentan los empresarios del ramo.
El incendio forestal inició el 20 de junio por la tarde y fue sofocado una semana después. En su paso por la sierra arrasó con 16 mil 033.7 hectáreas de las que 13 mil 283.7 corresponden a chaparral, 2 mil 500 hectáreas de pastos y 250 hectáreas de arbolado.
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